PEDRO Y PEDRO.
—Dime, Pedro.
—Podrías hacer una película.
—Claro, Pedro, a eso me dedico.
—Pues eso. Una película en la que debieras incluir…
—¡Alto, Pedro! Que yo soy un creador independiente y no admito injerencias.
—Financiación ilimitada, Pedro.
—Ahora sí que te entiendo. Un creador debe de escuchar a todo el mundo. Dime, Pedro, ¿cuál es esa temática, sin duda interesante, que debería abordar?
—Bueno, ya sabes, lo del momento; lo que demanda la ciudadanía a la que nos debemos.
—Sin duda. ¿Cómo no se me habrá ocurrido a mía antes? Ya veo el guion.
—Muy bien, sabía que eras un alma sensible; hemos conectado. Luego, tú le añades una trama secundaria para despistar; libertad absoluta, a tu estilo. Tenemos almas paralelas
—No me digas más; ya veo el título.
Este escrito, amables lectore,s es una obra de ficción como también lo es la del Pedro cineasta.
El morocho del Abasto.