ABANDONO O EL MISTERIO IMPOSIBLE DE LA UBICUIDAD

            ABANDONO O EL MISTERIO IMPOSIBLE DE LA UBICUIDAD

 

XLIV--TERTULIA-Programa-caracol     Hay personas que viven en Godella,  de eso nadie se extrañe, como un servidor. De entre todas las clasificaciones posibles y simplistas; siempre una clasificación es simplista, podemos hacer dos grupos.

      Primero. Aquellos que están totalmente integrados en el pueblo, son reconocidos y  conocidos; se sabe su genealogía, sus usos y costumbres, vamos godellenses o en valenciano, godellencs pata negra.

      Segundo. Aquellos, que aun teniendo a orgullo morar en semejante lugar, no se impregnan del todo de la, aquí invento una palabra, “godellanía”. Pasan discretamente por la piel de la villa sin penetrar del todo, saludan a los conocidos y se paran a hablar acaso con los amigos de la infancia. No tienen mucha vida social en la población, pues van, como escribiera Miguel Hernández, de su corazón a sus asuntos. ¿Qué quieren?, este escribidor leyó alguna vez a  Hernández.

     Mas esto no significa que no se interese por lo que aquí acontece. ¡En absoluto! Hay actos y eventos…

 PORTADA-Libro-Microrelatos-III-2017-GODELLA   Por ejemplo, el Concurso de Microrrelatos de Godella en su tercera edición. Presentamos un relato micro muy bueno, este juicio es para infundirnos ánimo, pero no nos lo seleccionaron. Será que no lo recibieron; se perdería en el ciberespacio. Esta hipótesis también es para no caer en la desilusión.

También estaba programada una conferencia, el Maestro Senabre y la Educación Moderna, con participación de su nieta Alicia Corell Senabre, conocida y me atrevería a decir que amiga.

      Fuera del término municipal, pero en la misma comarca, La Canyada (Paterna), acogía el VIII Certámen Literario Canyada D’art. Aquí también presentamos un microrrelato y vaya, éste no se perdió en el ciberespacio y nos lo seleccionaron.

      Ampliando un poco más la información, la Conferencia tenía una fecha y una hora programada, pues es un acto único. En el caso de los certámenes Literarios,  tras consumarse el plazo de presentación y el de deliberación del jurado, concluía, cada uno de ellos, con la ceremonia de entrega de premios y lectura de los seleccionados para el librito, una antología, en el caso de Godella de 50 y en el caso de La Canyada, curiosa cifra, 84.

      Ahora viene el asunto del misterio imposible de la ubicuidad.. Los tres actos, los tres, eran el mismo día y a la misma hora.

      Quedaba pues la difícil y dolorosa, siempre una elección es dolorosa, cuestión de decidir. Ello planteaba alguna dificultad. Veamos:

      La conferencia, se adivinaba interesante; en el Concurso de Microrrelatos, aun no seleccionándonos, se repartía graciosamente el librito con la Antología. Además resulta agradable respirar el ambiente  literario local. La conferencia era un asunto más novedoso e iba ganando terreno. Pero claro, quedaba el tercer elemento en discordia; la Antología de la Canyada, promovida por una asociación cultural, aun teniendo que pagarla, nos había distinguido con la publicación de nuestro relato. Y en esto, la vanidad del creador es juez implacable y decide. Fuimos al acto de pago.

 XLIV--TERTULIA-Programa-CANYADA-D'ART      Con todo, resultó un acto bonito, casi entrañable, organizado con más voluntad que acierto… Leímos nuestro relato y nos pareció digno de admirar, que entre las poco más de cien personas, en esa sala congregadas, tan solo unas veinte concurríamos a leer nuestro relato; el resto era público incondicional que acudía al evento. Y compraba el librito. Muchos tuvieron la amabilidad de solicitarnos nuestra firma sobre su ejemplar; también los autores entre nosotros lo hicimos, unidos  en una hermandad de cofrades de las letras.

      Concurrimos escritores de muchos países del orbe, especialmente de los de habla española, así, aparte de los casi 500 de España, 89 de Argentina, cuarenta y tantos de Colombia, del resto de América, de Europa y hasta uno de Nueva Zelanda; en total, fueron cerca de mil los escritos presentados.

     Nos llamó, mucho, la atención, que aunque según las bases se podía escribir tanto en español como en valenciano, ninguno de los seleccionados lo fuera en la lengua regional.

     Cerramos esta crónica-disertación con la exposición de nuestro relato.

             Abandono

             Siempre que hay sol me gusta hacerle una foto a la catedral. La veo tan fría y el astro calienta tanto…

            Paso las fotos rápidamente, como en una secuencia. Entre los planos de luz, sin embargo, hay pliegues, abismos de sombras poblados. Y el misterio se me presenta. La luz niega a la sombra el derecho a hablar, pero cuando ésta se instala lo hace a perpetuidad. Las cornisas son por excelencia los surtidores de sombra. Bajo su amparo la golondrina viajera se detiene y teje su nido.

            Las fotos de la última estación ya no recogen las golondrinas del poema. ¿Sabrán de tu partida?

      El ganador del concurso, Joaquín González Málaga, aunque viniera de Sevilla, lo fue por el relato más breve de todos, Al Vuelo. Aparte del premio en metálico fue obsequiado con una escultura contundente, que quizás por ese aspecto contundente tuviera que dejar en tierra cuando él emprendiera el vuelo de regreso a Sevilla.

El Morocho del Abasto

 

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