Clase de Horticultura de un Jardinero Lego
La Buganvilla, como la rosa es espinosa, pero es bella. Ésta es una buganvilla invasora; viene de fuera, pero como es bella, la dejamos pasar. Tal como acontece con los que nos invaden de los países ricos: son bellos, por lo tanto, los dejamos pasar. Nos sentimos orgullosos, vienen a enriquecernos y a culturizarnos; nada que ver con esos otros que vienen de Dios sabe dónde.
Ésta es nuestra propia buganvilla, la nuestra; también es bella, pero nos quejamos de sus espinas. Está a nuestra altura y nos pincha. Nada que ver con aquella otra, foránea y aérea, que nos embellece, pero no nos pincha.
Aquí, otra planta bella: la esparraguera. No sabemos su origen, pero es bella; la dejamos que campe a sus anchas. La consideramos valiosa, pues nos sirve para confeccionar bellos ramos. Es el complemento ideal para cualquier ramillete elegante. Invade nuestro jardín aportando su verde intenso.
Ah, pero fíjense bien; se entrelaza, oprime y termina ahogando nuestras bellas buganvillas, las de aquí; las nuestras. Las otras, las de fuera, están a otro nivel.
Que nadie trate de establecer paralelismo con cosa alguna. No es metáfora de nada. ¿O tal vez sí?
El Jardinero Lego.