DURANTE EL CONFINAMIENTO.
Durante el confinamiento
¡ay qué dolor!
suspendo con mis musas
la reunión semanal.
Y esta privación,
en lo afectivo, me marca.
Y en lo creativo,
me limita.
Habré de escribir
por mí mismo.
Me siento desnudo.
Que en mi vida me he visto en tal aprieto;
catorce versos dicen es un soneto…
¡Anda, pues no me sale mal del todo!
El Morocho del Abasto