¿ES BERGOGLIO, EL LLAMADO FRANCISCO UN PAPA LEGÍTIMO?

¿ES BERGOGLIO, EL LLAMADO FRANCISCO UN PAPA LEGÍTIMO? ¿ES EL PAPA?

Transcribimos a continuación, sin más comentario, la declaración del Padre Natale Santonocito de la diócesis de Tivoli y Palestrina, Italia.

Padre Natale Santonocito.

Queridos Hermanos, acabo de terminar la Santa Misa y de celebrar la Solemnidad de nuestro Señor Jesucristo Rey del Universo.

Ahora debo comunicaros algunas decisiones, de las que ya he informado al obispo, quien me había pedido que me tomara un tiempo para reflexionar más sobre ellas.

Me he tomado este tiempo, he reflexionado, y una vez más mi decisión sigue siendo la misma: a los feligreses del lugar donde he desempeñado mi ministerio, a toda la diócesis de Tívoli y Palestrina, y al mundo entero, debo gritar esta verdad que para muchos puede resultar impactante, pero que en realidad explica tantas cosas que estamos viviendo desde hace demasiado tiempo.

Desde hace 11 años tenemos un antipapa: el llamado Francisco no es Papa, nunca lo fue porque Benedicto XVI, el 11 de febrero de 2013, nunca hizo una renuncia al papado, no abdicó renunciando al Munus Petrino, es decir, a la investidura como Papa que deriva directamente de Dios, como exige expresamente el canon 332.2; sino que el Papa Benedicto hizo una declaración en la que renunciaba al Ministerium, al ejercicio práctico del poder y no al papado.

Esta Declaratio ha sido publicada por los medios vaticanos falsificada, tanto respecto al original latino donde la palabra comissum, pronunciada por Benedicto XVI ha sido sustituida por comisso, cambiando radicalmente su significado, como en las traducciones inglesa, francesa, española, portuguesa y polaca, donde Munus y Misterium, conceptos con significados muy diferentes, han sido alisados con la misma palabra.

Incluso en alemán, Munus traducido como Amt y Ministerium traducido como Dienst fueron intercambiados para hacer creer que Benedicto había renunciado regularmente al Munus Petrino.

Estas manipulaciones llevadas a cabo en la Secretaría de Estado, permitieron hacer pasar la Declaratio como una abdicación, cuando en realidad se trataba del anuncio de una Sede Impedida, redactada ingeniosamente por el papa Benedicto gracias a un hábil uso del latín y del derecho canónico. Esta situación le llevó a tener que retirarse en Sede Impedida en 2013.

Habrán oído, muchos de ustedes, que, tras la muerte de Benedicto, su biógrafo publicó una carta en enero de 2023 en la que el Papa afirmaba que en el fondo de su renuncia estaba el “insomnio”.

Describía un episodio muy oscuro, un incidente que le ocurrió durante su viaje a México-Cuba en marzo de 2012.

Según una solicitud presentada ante el Tribunal Vaticano, el Papa Benedicto podría haber sido víctima de un ataque con somníferos u otras drogas.

Así, una vez acorralado por sus enemigos, el Papa Benedicto aplicó un perfecto dispositivo anti usurpación, preparado hace mucho tiempo, que encuentra plena correspondencia teológica en la historia terrenal de Jesús: Benedicto XVI se ofreció a su pasión, es decir, aceptó ser destronado por un cónclave abusivo, convocado a Papa no muerto y no abdicatorio que lo colocó en una sede totalmente impedida, ese caso único en el que el Papa exiliado, conserva el Munus, el título de origen divino, pero se ve obligado a renunciar al Ministerium de obispo de Roma, al poder práctico.

Este cónclave abusivo no sólo colocó a Benedicto XVI en Sede Impedida, sino que también eligió a un antipapa que tomó el nombre de Francisco. De hecho, los artículos 76 y 77 de la Constitución Universi Dominici Gregis, establecen claramente que si la renuncia de un Papa no es conforme al canon 332.2, (es decir, con una renuncia regular al Munus Petrino), la elección que viene después es nula sin ninguna declaración al respecto.

Todos los errores doctrinales que Bergoglio ha pronunciado y que han escandalizado a muchos entre vosotros, no son más que la confirmación evidente de que no es Papa: no tiene el Munus Petrino, no tiene la investidura de Dios y por tanto no tiene la asistencia del Espíritu Santo.

Como ya ha ocurrido con los 40 antipapas de la historia de la Iglesia, también todo lo que Bergoglio ha dicho o hecho quedará anulado, incluidas las sanciones impuestas a los sacerdotes que han dicho la verdad en los últimos años, pagándolo en su propia piel.

Durante nueve años, el Papa Benedicto XVI ha intentado hacernos comprender la situación canónica de la Sede impedida con muchos gestos, palabras e incluso silencios elocuentes.

Utilizó un sistema previsto por la teología moral, la “restricción mental amplia”, una forma sutil de decir la verdad sólo para los que tienen oídos para oír.

Por ejemplo, repitió durante años “sólo hay un Papa”, sin explicar nunca cuál de los dos era él; siguió impartiendo su bendición apostólica, (prerrogativa exclusiva del Papa titular, que también conserva el papa impedido); siguió vistiendo de blanco, conservando su nombre pontificio, escudo de armas y otras prerrogativas relativas a su dignidad de pontífice.

Incluso cuando escribió en su libro “Últimas conversaciones” que era el primer papa que renunciaba “después de mil años”, ya que el último Papa que abdicó fue Gregorio XII en 1415, Benedicto dejó claro que la palabra “dimisión” no significaba abdicación para él, sino abandono del Ministerium, que sólo es posible para el Papa en Sede Impedida.

La Sede Impedida de Benedicto XVI es un hecho archiconocido en el Vaticano, pero pocos sacerdotes tienen el valor de gritar esta verdad al mundo porque significa enfrentarse a sanciones, como la suspensión a divinis, la excomunión o incluso la reducción al estado laical.

El hecho de que el obispo Bergoglio, en lugar de justificar su legitimidad de manera clara y oficial, castigue brutalmente a todos los sacerdotes que se atreven plantear estas dudas es la demostración más patente de que no es el verdadero Papa.

Soy un pobre sacerdote amante de la Iglesia, amo a Jesús y ya no puedo permanecer callado. Durante un tiempo celebré misa en comunión con el antipapa.  

Cuando comprendí la realidad canónica, me dí cuenta de que ya no podía pronunciar su nombre durante la Misa.

Otros sacerdotes-héroes me han precedido y, como ellos, yo tampoco celebraré más la Santa Misa en unión con el antipapa Francisco, porque la Misa debe celebrarse en unión con el verdadero Papa, o en sede vacante, en unión con la Iglesia.

No hay que nombrar a otros.

A todos los fieles que saben que Bergoglio no es el Papa, les desaconsejo asistir a la Misa en unión con Francisco.

 Es ilícita, y participar en ella sería apoyar la actual situación que lleva dos años bloqueando la legítima sucesión Petrina y que tanto daño, sufrimiento y desconcierto ha causado a la Santa Iglesia de Dios.

Agradezco a todos aquellos laicos y eclesiásticos, que han profundizado en este tema a lo largo de estos años y me han ayudado a comprender.

Aún nos quedan algunos años por delante antes de que los verdaderos cardenales electores anteriores a 2013 puedan elegir al sucesor de Benedicto XVI.

Si el antipapa Francisco saliera de escena de alguna manera, hay que evitar a toda costa que el próximo conclave incluya, aunque sea a uno de los cardenales invalidados que él nombró.

Entonces este cónclave también sería invalidado y elegiría a otro antipapa.

Por esto, es tan importante que los sacerdotes salgan a la luz, que griten esta verdad al mundo.

Creo que la humanidad y el diálogo entre sacerdotes es fundamental para el bien de la Iglesia porque todos estamos enamorados de Jesús nuestro Rey, de su Iglesia, de nuestro querido Santo Padre Benedicto XVI.

Los que están escuchando este vídeo están llamados a interesarse porque el tema es demasiado importante como para descuidarlo; creo que es un deber de todo creyente profundizar, informarse comprobar si lo que estoy contando es cierto o no.

No podemos lavarnos las manos y decir; “Bueno, sigo sin entender y por eso continúo así”.

Aquí está: rezad por mí para que tenga fuerzas para afrontar lo que serán las consecuencias de mi decisión. No tengo miedo. Sólo temo no agradar a Dios: ése es mi único temor.

Una vez más confío en vuestras oraciones y espero que podamos caminar juntos.

Os saludo y os doy las gracias por escucharme.

Os bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén

Can. 332/2

“Si contingat ut Romanus Pontifex muneri suo renuntiet, ad vaditatem requirirtur ut renuntiatio libere fiat et rite manifestetur, non vero ut a quopiam acceptetur.“ 

“Si el Romano Pontífice renunciase a su oficio, se requiere para la validez que la renuncia sea libre y se manifieste formalmente, pero no que sea aceptada por nadie”

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