LOS DEMONIOS ABANDONAN MADRID.
Llegaron, los tratamos con más agasajo que a monarca alguno, nuestro competente gobierno decidió por nosotros, gastaron, a manos llenas; no sé si tras la visita a El Prado, faltará alguna obra y se fueron.
La ciudad y el reino, en verdad, está mejor sin ellos, pero dejaron su ponzoña y su agenda escrita en el cielo.

El Morocho del Abasto