ALGUNOS AMIGOS PODEMITAS

                                                         ALGUNOS AMIGOSPODEMITAS

 

morado            Después de escrito, este título me recuerda al de la célebre película de Rob Reiner, Algunos Hombres Buenos. Pero no es esa mi evocación. No es que a los que ahora voy a aludir no sean buenos, que lo son y mucho, mas no por pertenecer a la órbita Podemita, es más; a pesar de esta pertenencia. Lo son por su personalidad, por su talante, por sus valores; por ser amigos, aunque estén teñidos de morado.

            No sólo no ocultan su coqueteo con la Obra, sino que no tienen reparo alguno en pregonarlo en la Plaza Mayor; así pues nadie se ofenderá si aquí publico sus gracias: Le Grand Maître y el Gran Visir. Ambos grandes, como pueden deducir.

            Resulta que trataba de quedar con ellos para almorzar y para comer. No el mismo día, ni con los dos a la vez. Por separado. No obstante, esta sencilla frase que abre el párrafo merece alguna aclaración. Almorzar, es el término que usa la gente de calidad, léase fina, para la comida del mediodía, que en nuestra querida Patria, disculpen quería decir país, oscila entre las 13,30 y las 16,00 horas. Así pues, almuerzo para los más delicados y comida para el resto. ¿En todos los sitios? ¡No! En la provincia de Valencia, quizás en toda la comunidad y acaso en el área de influencia de Levante, extensión de territorio a determinar, hacemos las dos cosas. Almorzamos y comemos. El almuerzo se hace a media mañana: entre las 10,00 y las 12,00 y la comida ya se ha dicho. No piensen los no iniciados que los intervalos horarios marcan la duración, aunque podría ocurrir, sino el rango horario dentro del cual se produce cada colación.

            Resulta también que el proyecto de almuerzo era con el Gran Visir y el proyecto de comida con Le Grand Maître. Lo intenté, con ambos para la semana que, como otras, empezaba en lunes y acababa, también como otras, en domingo. Pero este domingo a diferencia de otros, era el Domingo; el de las Elecciones Generales. Ambos me pospusieron el ágape. No le di mayor trascendencia, pues son cosas que pasan. Pero al poco caí en la cuenta, y elucubré, perversión reconocida:»¿ No será que quieren hacer del evento una celebración del Advenimiento del Ungido?»

            Deduje que el aplazamiento sería para primerísimos de semana, pero no: lo volvieron a aplazar.

            No les insisto más, comprendo que estén bajos de moral.

             El Morocho del Abasto

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