Nací varón y en ello me mantengo heterosexual y blanco mayor de 30 y menor de 65, esto último, con fecha de caducidad.
Ninguna ley me ampara, ningún decreto fraude me prima; Soy objeto de repudia del enfoque llamado de género. Soy pasto de la discriminación que llaman positiva.
Soy culpable por natura incluso aunque se demuestre lo contrario Pues cuando lo contrario se demuestra, nunca de ello, los Medios hallan eco.
No comulgo con el CCA, (Cambio Climático Acojonante). Sigo fiel al diccionario, que tantos desprecios recibe.
Lo que una vez con 18 años voté, la Biblia de la laicidad, a ella me aferro, mas los que debieran defenderla la destrozan y humillan y a los que la defienden fachas llaman.
Sé que la mujer, en la vida mi compañera, semejante es a mí, igual en derechos no, como ellos que inferior la consideran, pues entonces, ¿por qué en una carrera hay que darle ventaja? Señalar ese error, tiene el precio de machista ser llamado.
Nada de lo absurdo me atrae. Las Instituciones, todas Conflicto de intereses tienen, hasta la Iglesia, sí la Iglesia, de ordinario tachada de carca, ahora el Sumo, esgrime bandera multicolor y abandonando de Cristo la doctrina, proclama la Mentira de la Agenda Perversa.
Ninguna ley me ampara, ningún decreto fraude me prima. Nací varón y en ello me mantengo heterosexual y blanco mayor de 30 y menor de 65, esto último, con fecha de caducidad.
¿ES BERGOGLIO, EL LLAMADO FRANCISCO UN PAPA LEGÍTIMO? ¿ES EL PAPA?
Transcribimos a continuación, sin más comentario, la declaración del Padre Natale Santonocito de la diócesis de Tivoli y Palestrina, Italia.
Padre Natale Santonocito.
Queridos Hermanos, acabo de terminar la Santa Misa y de celebrar la Solemnidad de nuestro Señor Jesucristo Rey del Universo.
Ahora debo comunicaros algunas decisiones, de las que ya he informado al obispo, quien me había pedido que me tomara un tiempo para reflexionar más sobre ellas.
Me he tomado este tiempo, he reflexionado, y una vez más mi decisión sigue siendo la misma: a los feligreses del lugar donde he desempeñado mi ministerio, a toda la diócesis de Tívoli y Palestrina, y al mundo entero, debo gritar esta verdad que para muchos puede resultar impactante, pero que en realidad explica tantas cosas que estamos viviendo desde hace demasiado tiempo.
Desde hace 11 años tenemos un antipapa: el llamado Francisco no es Papa, nunca lo fue porque Benedicto XVI, el 11 de febrero de 2013, nunca hizo una renuncia al papado, no abdicó renunciando al Munus Petrino, es decir, a la investidura como Papa que deriva directamente de Dios, como exige expresamente el canon 332.2; sino que el Papa Benedicto hizo una declaración en la que renunciaba al Ministerium, al ejercicio práctico del poder y no al papado.
Esta Declaratio ha sido publicada por los medios vaticanos falsificada, tanto respecto al original latino donde la palabra comissum, pronunciada por Benedicto XVI ha sido sustituida por comisso, cambiando radicalmente su significado, como en las traducciones inglesa, francesa, española, portuguesa y polaca, donde Munus y Misterium, conceptos con significados muy diferentes, han sido alisados con la misma palabra.
Incluso en alemán, Munus traducido como Amt y Ministerium traducido como Dienst fueron intercambiados para hacer creer que Benedicto había renunciado regularmente al Munus Petrino.
Estas manipulaciones llevadas a cabo en la Secretaría de Estado, permitieron hacer pasar la Declaratio como una abdicación, cuando en realidad se trataba del anuncio de una Sede Impedida, redactada ingeniosamente por el papa Benedicto gracias a un hábil uso del latín y del derecho canónico. Esta situación le llevó a tener que retirarse en Sede Impedida en 2013.
Habrán oído, muchos de ustedes, que, tras la muerte de Benedicto, su biógrafo publicó una carta en enero de 2023 en la que el Papa afirmaba que en el fondo de su renuncia estaba el “insomnio”.
Describía un episodio muy oscuro, un incidente que le ocurrió durante su viaje a México-Cuba en marzo de 2012.
Según una solicitud presentada ante el Tribunal Vaticano, el Papa Benedicto podría haber sido víctima de un ataque con somníferos u otras drogas.
Así, una vez acorralado por sus enemigos, el Papa Benedicto aplicó un perfecto dispositivo anti usurpación, preparado hace mucho tiempo, que encuentra plena correspondencia teológica en la historia terrenal de Jesús: Benedicto XVI se ofreció a su pasión, es decir, aceptó ser destronado por un cónclave abusivo, convocado a Papa no muerto y no abdicatorio que lo colocó en una sede totalmente impedida, ese caso único en el que el Papa exiliado, conserva el Munus, el título de origen divino, pero se ve obligado a renunciar al Ministerium de obispo de Roma, al poder práctico.
Este cónclave abusivo no sólo colocó a Benedicto XVI en Sede Impedida, sino que también eligió a un antipapa que tomó el nombre de Francisco. De hecho, los artículos 76 y 77 de la Constitución Universi Dominici Gregis, establecen claramente que si la renuncia de un Papa no es conforme al canon 332.2, (es decir, con una renuncia regular al Munus Petrino), la elección que viene después es nula sin ninguna declaración al respecto.
Todos los errores doctrinales que Bergoglio ha pronunciado y que han escandalizado a muchos entre vosotros, no son más que la confirmación evidente de que no es Papa: no tiene el Munus Petrino, no tiene la investidura de Dios y por tanto no tiene la asistencia del Espíritu Santo.
Como ya ha ocurrido con los 40 antipapas de la historia de la Iglesia, también todo lo que Bergoglio ha dicho o hecho quedará anulado, incluidas las sanciones impuestas a los sacerdotes que han dicho la verdad en los últimos años, pagándolo en su propia piel.
Durante nueve años, el Papa Benedicto XVI ha intentado hacernos comprender la situación canónica de la Sede impedida con muchos gestos, palabras e incluso silencios elocuentes.
Utilizó un sistema previsto por la teología moral, la “restricción mental amplia”, una forma sutil de decir la verdad sólo para los que tienen oídos para oír.
Por ejemplo, repitió durante años “sólo hay un Papa”, sin explicar nunca cuál de los dos era él; siguió impartiendo su bendición apostólica, (prerrogativa exclusiva del Papa titular, que también conserva el papa impedido); siguió vistiendo de blanco, conservando su nombre pontificio, escudo de armas y otras prerrogativas relativas a su dignidad de pontífice.
Incluso cuando escribió en su libro “Últimas conversaciones” que era el primer papa que renunciaba “después de mil años”, ya que el último Papa que abdicó fue Gregorio XII en 1415, Benedicto dejó claro que la palabra “dimisión” no significaba abdicación para él, sino abandono del Ministerium, que sólo es posible para el Papa en Sede Impedida.
La Sede Impedida de Benedicto XVI es un hecho archiconocido en el Vaticano, pero pocos sacerdotes tienen el valor de gritar esta verdad al mundo porque significa enfrentarse a sanciones, como la suspensión a divinis, la excomunión o incluso la reducción al estado laical.
El hecho de que el obispo Bergoglio, en lugar de justificar su legitimidad de manera clara y oficial, castigue brutalmente a todos los sacerdotes que se atreven plantear estas dudas es la demostración más patente de que no es el verdadero Papa.
Soy un pobre sacerdote amante de la Iglesia, amo a Jesús y ya no puedo permanecer callado. Durante un tiempo celebré misa en comunión con el antipapa.
Cuando comprendí la realidad canónica, me dí cuenta de que ya no podía pronunciar su nombre durante la Misa.
Otros sacerdotes-héroes me han precedido y, como ellos, yo tampoco celebraré más la Santa Misa en unión con el antipapa Francisco, porque la Misa debe celebrarse en unión con el verdadero Papa, o en sede vacante, en unión con la Iglesia.
No hay que nombrar a otros.
A todos los fieles que saben que Bergoglio no es el Papa, les desaconsejo asistir a la Misa en unión con Francisco.
Es ilícita, y participar en ella sería apoyar la actual situación que lleva dos años bloqueando la legítima sucesión Petrina y que tanto daño, sufrimiento y desconcierto ha causado a la Santa Iglesia de Dios.
Agradezco a todos aquellos laicos y eclesiásticos, que han profundizado en este tema a lo largo de estos años y me han ayudado a comprender.
Aún nos quedan algunos años por delante antes de que los verdaderos cardenales electores anteriores a 2013 puedan elegir al sucesor de Benedicto XVI.
Si el antipapa Francisco saliera de escena de alguna manera, hay que evitar a toda costa que el próximo conclave incluya, aunque sea a uno de los cardenales invalidados que él nombró.
Entonces este cónclave también sería invalidado y elegiría a otro antipapa.
Por esto, es tan importante que los sacerdotes salgan a la luz, que griten esta verdad al mundo.
Creo que la humanidad y el diálogo entre sacerdotes es fundamental para el bien de la Iglesia porque todos estamos enamorados de Jesús nuestro Rey, de su Iglesia, de nuestro querido Santo Padre Benedicto XVI.
Los que están escuchando este vídeo están llamados a interesarse porque el tema es demasiado importante como para descuidarlo; creo que es un deber de todo creyente profundizar, informarse comprobar si lo que estoy contando es cierto o no.
No podemos lavarnos las manos y decir; “Bueno, sigo sin entender y por eso continúo así”.
Aquí está: rezad por mí para que tenga fuerzas para afrontar lo que serán las consecuencias de mi decisión. No tengo miedo. Sólo temo no agradar a Dios: ése es mi único temor.
Una vez más confío en vuestras oraciones y espero que podamos caminar juntos.
Os saludo y os doy las gracias por escucharme.
Os bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén
Can. 332/2
“Si contingat ut Romanus Pontifex muneri suo renuntiet, ad vaditatem requirirtur ut renuntiatio libere fiat et rite manifestetur, non vero ut a quopiam acceptetur.“
“Si el Romano Pontífice renunciase a su oficio, se requiere para la validez que la renuncia sea libre y se manifieste formalmente, pero no que sea aceptada por nadie”
Nuestro maltratado, pero todavía vigente diccionario de la lengua española, establece los siguientes sinónimos para el adjetivo chabacano, a saber; grosero, vulgar, basto, ordinario, tosco, burdo, zafio, soez, chocarrero, entre otros. Como antónimos, estos dos: fino, delicado. Así pensábamos y no de otra manera que habría de ser un espectáculo de Paris para el mundo: fino y delicado. Paris sera toujours Paris, postulaba en su cancioncilla Maurice Chevalier. Pero no, no es esa la imagen que han dado los organizadores bajo la impasible mirada de sus gobernantes, empleados todos ellos de las élites parasitarias mundiales. Esas que compran estados y arruinan vidas sin pestañear. Nos referimos al NOM, acrónimo de Nuevo Orden Mundial, ideólogos de la pérfida Agenda 2030 que preconiza como postulado máximo, no tendrás nada y serás feliz.
Si alguien sin la suficiente edad ni oportunidad de haber conocido Paris en sus años de esplendor, que han sido muchos, sin embargo, hubiera oído hablar del mito del glamour parisino, sin duda tras este vergonzante espectáculo, el mito le habrá caído a los pies. Lo único que, de alguna manera, se podría entender que ha redimido del bochorno ha sido lo perenne, lo inmanente, lo que nada tiene que ver con los zangolotinos ideólogos de la supurante representación. El Sena, sus puentes y toda su imponente fachada fluvial. En la Rive Gauche, en la Rive Droîte, en la isla de San Luis, en el ábside maravilloso de una convaleciente Nôtre Dame. En todo lo que los siglos han dejado del buen hacer de unos hombres, venidos de todas partes. Pues Paris ha sido siempre lugar de acogida para todo aquél que tuviera ideas que aportar; se ha ido configurando, por estratos en una capital del mundo multicolor, de todas las razas, de todas las etnias, de todas las orientaciones, de todos los credos que se ha ido constituyendo de un modo natural.
Por ello, si lo étnico, lo diferente, lo original, lo oriental y lo occidental; lo blanco y lo negro, pasando por todos los matices; lo masculino y lo femenino, el tomador y el dador en materia sexual, ya estaban presentes, ¿ por qué promocionar lo étnico frente a lo autóctono, a la mujer frente al hombre? Y, en este caso ¿a las de aficiones lésbicas frente a las amantes de hombres? Y aún más, primar al hombre travestido de mujer sobre la misma mujer; al bujarrón frente al que ama naturalmente las mujeres; al que viene de fuera frente al que está tras muchas generaciones. Hemos registrado ante el mundo entero, el suicidio de Francia, reza el titular de un Diario español que antepone a esta palabra OK. Y este escribidor añade, de occidente.
El que tenga oídos para oír, que escuche y entienda. El que tenga ojos para ver que mire y vea. Estas citas vienen a significar que, con el uso atento de estos dos sentidos, se percibe que, en estos años de ejecución de los postulados de la terrible Agenda, la única religión que es atacada y ridiculizada, es la que habla del amor al prójimo y del perdón. Así, no se tiene escozor alguno en burlarse de los hitos y los símbolos más reconocibles de la religión católica, como y este es el caso, de la Última Cena. El papa Francisco, indigno ocupante del sillón de san Pedro, el primero woke LGTB-amateur, en verdad hereje vendido al NOM, ¿se ha pronunciado ya sobre la blasfemia?
Más allá de lo simbólico y los guiños a lo satánico, cuando no, verdaderos aquelarres, la coreografía musical central resultó soez y pesada por la minutada de duración. ¿qué había en ella de identitaria con lo francés?
Condenamos desde estas líneas la ideología e intenciones perversas de sus ideólogos, no así a los participantes. Las barcazas discurriendo por el Sena repletas de ilusionados e ilusionantes atletas fueron lo mejor. También se alcanzó una cierta elegancia en el ceremonial de la antorcha desde que la empuño Zinedine Zidane y sus siguientes relevistas, entre ellos el complaciente Nadal, hasta encender el pebetero-globo-aerostático que se quedó levitando en la anochecida del cielo parisino.
Sin haber visto la ceremonia en su totalidad, lo único que nos pareció genuinamente francés fue el número final, l’Hymne à l’Amour de la inolvidable Édith Piaf, interpretada para la ocasión por la nacida canadiense, Céline Dion.
En efecto, hemos registrado para el mundo el suicidio de Francia y del Occidente Europeo.
El sistema es esa perversión que comparten todas las instituciones del Estado. Desde el ejército, como no, la llamada Sanidad, incluso otras no consideradas del Estado como la Iglesia. No sabe ni de izquierdas ni de derechas; todas lo adoptan, luego son lo mismo.
Todas las Instituciones del estado han caído. Tan sólo se puede creer, en todo caso, en las personas y el único sistema en el que se puede confiar es en aquel con el que nacemos; el Inmunitario.
Su nombre verdadero, he sabido estos días, era Alejandro, pero un tío suyo, hermano de su padre, insistió en llamarlo Federico, como él. Tanto empeño puso, que así lo hemos conocido todos, urbi et orbi. Quien no siendo aficionado al deporte en general, ni al ciclismo en particular, haya abierto esta lectura, por favor, no me la cierre por este motivo; esto no va de ciclismo. Va de un hombre que vivió entre 1928 y 2023 y que fue ciclista.
Tampoco esto es exacto, pues no es una biografía; este escribidor no conoce sino unas pinceladas de tan larga vida; en síntesis, seis o siete datos. Nació en provincia de Toledo, ganó el Tour de 1959, el primer español en hacerlo; tras su retirada montó una tienda de bicicletas en Toledo y que feneció en agosto de 2023.
Pero vayamos al hombre, a su ejemplo, a lo que significó para quienes algo significó, como a quien les escribe.
Cuando el muchachito que fui, comenzó a oír hablar del Tour de France, allá en el Luxemburgo de su infancia, esta carrera, entonces sexagenaria, ahora más que centenaria, se llamaba Eddy Merckx. Era el gran dominador. Como español, estaba censado a ser fan de su gran rival, Luis Ocaña, pero no atendió a las razones patrias e insistió en el belga.
Una vez, en la televisión de aquel país, vió una pancarta que rezaba, Arrivée y bajo su arco desfilaban los ciclistas. Si ya han llegado a la meta, ¿cómo es posibles que al día siguiente, aún continúen? Esto no lo comprendía aquel muchacho del que les he hablado.
Más adelante, su padre, el del muchachito, le dijo, me dijo que el primer español en ganar el tour fue Bahamontes en 1959. Otro desafío —antes de que yo naciera ¿cómo es posible?
No conocí su trayectoria deportiva, pero sí algo de sus gestas. Escalador excepcional, algo anárquico, individualista, cosa que no se perdona; ganador en seis ocasiones del gran Premio de la Montaña, era sin embargo inhábil en las bajadas, de tal forma que el tiempo que ganaba subiendo, lo perdía bajando. Famosa es la anécdota del helado, en la que se ha mantenido la fantasía de que, tras coronar algún puerto con sobrada ventaja, se sentaba a comer un helado. En verdad, dicho por él, fue que coronó con dos radios rotos y catorce minutos de ventaja en una ocasión, y se sentó a esperar comiendo un helado a que llegara el coche de equipo.
Hombre extraordinario, hecho a sí mismo. A veces evocamos a hombres extraordinarios, íntegros de otros tiempos, diciendo que ya no hay ejemplares como aquellos. Partiendo de la base de que cada mujer, cada hombre es irrepetible, sin embargo, no le concedemos la suficiente atención a la época. Quizás, en esos tiempos, de más libertad; sé que algún amable lector me saltara a degüello, el hombre notable, hecho a sí mismo tenía el margen para desarrollarse. Si entonces, podemos decir que la represión era, en todo caso física, hoy en día es moral; la tiranía ideológica a que hemos sucumbido los occidentales, hace que las masas se constituyan en represoras. Los gobiernos no tienen más que airear falsos mantras que calen en la sociedad. Hoy todo está pautado, repleto de normas a cuál más absurda, constriñe y anula la libertad del individuo.
Perico Delgado, ese otro gran ciclista metido a comentarista de Vuelta Y Tour, durante algunos años, lo invitaba en el plató a comentar alguna etapa de la Vuelta. Siempre recordaré, cómo se maravillaba del equipamiento actual, evocando que en sus tiempos los maillots eran de lana. No corras mucho, hijo – le dijo su madre cuando fue al primer Tour. Su barrita energética era la carne de membrillo y nunca renunció al vinillo de Valdepeñas. ¡Hombres de otros tiempos!
He conocido la muerte del Águila de Toledo por la radio del coche, viajando por su tierra manchega. Una humedad imparable en mis ojos, me ha acompañado largos kilómetros. No sé por qué; la emoción sacude fuerte incluso rodando a cien kilómetros por hora.
Tengo ante mí un vaso grande de agua. No sé lo que habrán deducido, pero en ese vaso grande para agua, tan sólo tengo dos dedos de dicho elemento. Luego, lo que prometía ser abundancia, en verdad es tener poca agua. Cabe él, junto a él diremos para que todo el mundo lo entienda, tengo un vasito minúsculo de whisky. Está medio lleno. El titular podría ser: tengo medio vaso de whisky, lo cual es literal, pero la cantidad absoluta es menor que la poca de agua.
Una conclusión inmediata, sería que me espera una velada de mucha sed. Pero veamos, mis necesidades de whisky son menores que las de agua. Ahora bien, el volumen de agua, aún siendo mayor, es escasa, apenas calma la sed. La otra, la chica, es totalmente superflua, desde el punto de vista de lo que se considera necesario para el consumo humano. Sin embargo, lo superfluo, lo que no es vital para el cuerpo humano hinche los sentidos. Ya lo decían en las películas del Far West, agua de fuego.
La Fontaine, con este enunciado, podría, a buen seguro, construir una fábula, dando un final edificante. Que sí más vale vaso chico, medio lleno que grande casi vacío. No va por ahí mi cuento, ni hay enseñanza ni moralina.
El vasito de whisky, agua de fuego, que henchía mis sentidos, lo fui paladeando a pequeños sorbos. No queda nada; se ha secado. Me queda el vaso grande, que, apenas consigue calmar la sed.
Me llamo Antucho Barbosa Y mi apodo no lo digo Caí a un tango siendo niño Y salir de él no he querido…
Ya de pibe un nombre me resonaba, Carlos Gardel. No sabía por qué, no sé por qué; todavía no lo sé. No había antecedentes en mi familia. Acercándome a un puesto callejero de los que vendían cintas de music cassette, oí la voz: ¿tienen algo de Gardel? En ese, o en otro puesto similar, compré mi primera cinta de Gardel, mi primera cinta de tango. Corrí ávido a ponerla en mi reproductor de cassettes. Era, fue un acto íntimo, sin la intención de que lo fuese. Fue un acto, naturalmente íntimo. Sus ojos se cerraron / y el mundo sigue andando / su boca que era mía / ya no me besa más. Yo era joven, rabiosamente joven, no había conocido la pérdida, tal vez, como así fue, no había tenido, todavía, boca que me besara, pero me resonaba también. Sentí nostalgia de momentos no vividos, todavía no vividos, que ya es el culmen de la nostalgia.
Tirao por la vida de errante bohemio / estoy Buenos Aires, anclao en París. No había estado, todavía en Paris, esto es inexacto; había con mis viejos subido a la Tour Eiffel; no había, todavía visitado Buenos Aires, no lo he hecho aún, pero tuve la primera boca que me besara. Estoy anclao en Paris, me arrancaba con mi acento rioplatense que comencé a cultivar, a mis condiscípulos de curso. Sólo a los más íntimos, se reían; no conocían su significado, pero se reían.
Bajo el ala del sombrero / cuantas veces embozada / una lágrima asomada / yo no pude contener. Todavía no usaba sombrero; ahora, alguna vez lo hago; todavía, no tenía lágrimas que derramar; ahora, alguna vez lo hago.
Porque cuando pibe, me acunaba en tangos la canción materna que llamaba al sueño.
Esto último no es literal, pero ese fue el efecto, como al héroe galo de ficción, Obelix, se le adjudica que de niño cayó en la olla de la poción mágica y sus efectos en él son permanentes e inmanentes. Así, mi amigo el tango, entonces no lo razonaba así ni de ninguna otra manera, se convirtió en compañero invisible y ocasional, que no molestaba, que no se interponía entre mí y otros amigos, que no competía con ellos, que no pugnaba con los amores que aparecían y se iban permaneciendo el tiempo que quisieran. Él no interrumpía; por su causa ninguna se fue. Pero cuando se marchaban, en la desolación que en mí dejaba, él me acompañaba. No era el caso del lamento de cabrones, como acuñaron los primeros detractores del tango; se le adjudica la frase a un obispo, no me pregunten a cuál. Era una caída, a veces complaciente, en la melancolía. En una melancolía de letargo y embriaguez, cual lagarto al sol.
Y sucedió que aquella boca primera, que fue mía, no me besó más. Se fue buscando otras quimeras. Y entonces, tango amigo, me diste la primera banda sonora de mi vida, de mi subida y de mi bajada:
Tomo y obligo, mándese un trago, que hoy necesito el recuerdo… Beba conmigo, y si se empaña de vez en cuando mi voz al cantar, no es que la llore porque me engaña, yo sé que un hombre no debe llorar.
Pero el hombre que fui, lloró, naturalmente, porque amigo tango, vos no sos yo, ni yo soy como vos, pero sos mi otro yo, con quien me entretengo, cuando una pena me aflige y rumiándola a tu estilo, hallo el consuelo.
Pero tenés tu lado canalla, ¡cómo no lo ibas a tener! Porque estás hecho de la misma materia que el que te escucha y el que te canta, de la piba con la que alguna vez conseguimos danzar; de penas y alegría. Sí de alegría; parecerá extraño, pero ese es mi sentimiento. Cuarenta años, o algo así han pasado.
Tango, juntos seguimos, Mira que ha pasado tiempo Siempre, me ha parecido descubrir una escondida alegría en tu lamento
Por eso, te hablo, ahora, a ti mujer, he querido y he bailado contigo, lo que él, mi amigo el tango, ponía en boca del interprete que abrazados, a la par que dando vueltas escuchábamos. Mas yo sentía, sentía infinito y era traspasado por el quejido del violín, los rezongos del bandoneón y esas letras, a veces truculentas, lloradas por una voz desgarrada con sabor a aguardiente, quizás del mismo que habíamos libado recién y aún quemaba en mis labios que te ofrecía y tú tomabas. Esas letras que yo metabolizaba y convertía con mi abrazo en lo más puro, también en lo más pasional que mi ser, en ese momento me armaba para arrastrarte… bueno, tú ya lo sabes.
Vuelvo a ti, tango amigo, ¿Cómo vas a ser culpable de dónde naciste? ¿Acaso el pobre decide dónde nacer? Tampoco el rico, me diréis. Pero el rico, puede elegir do vivir y el pobre no elige dónde medrar. Naciste, o acaso te desarrollaste en el quilombo (burdel) y tus letras fueron procaces. ¿Qué se podía esperar? Por eso fuiste marginado de la buena sociedad. Pero ¿qué querían las gentes biempensantes del momento? La hombría que los barcos escupía en buenos Aires era en gran copia. Las mujeres escasas. Ellas podían elegir; ellos maldecir la pérdida.
Tus ritmos primitivos fusionados del candombe de los negros africanos, con la milonga, herencia, acaso, de la polca europea, fueron de arrime para escándalo de las damas decentes. No había letras y cuando aparecieron creadas por iluminados que esperaban su turno en el quilombo, fueron de lenguaje prostibulario. ¿qué otra cosa se podría esperar? Ese estigma, tango amigo, no has conseguido quitártelo. Cuando ya no tienes apenas predicamento, cuando eres presentado a las gentes “avanzadas” de nuestro tiempo destacan eso. No ven más allá; te ven sucio.
Pero los tangos instrumentales crecían y crecían y necesitaban letras más elaboradas. Aparecieron los poetas del tango, gente instruida que había leído y admirado a los poetas simbolistas franceses. Por eso y por el ambiente que recreaban, sus letras no fueron de color, como el folclore en otras partes del país, sino de los matices. Los matices del gris.
Como el mar, el humo de niebla las viste y envuelta en la gama doliente del gris parece una tela muy rara y muy triste que hubiera pintado Quinquela Martín.
Me has acompañado todo este tiempo, sin pesadez, sin insistencia, sin molestar, casi medio siglo. Cuándo escuchándote y atendiéndote con ella danzaba y en mis brazos tenía, no éramos un trío. Éramos ella y yo. Ella, con su conciencia, yo con la mía, a menudo era de to soplo de lo que se nutría.
En ti he encontrado, si no el remedio, sí el paralelismo con las cuitas que me atormentan o me invaden a mí que paso por ser hombre tranquilo y civilizado. Porque de lo que tú hablas, hay tanta verdad, que no pasa de moda. Eres plenamente actual.
Tango, tango Vos que fuiste el amigo Confidente de su amor.
Sí, el único confidente, el más fiel, el más entregado. Por eso, Tango amigo, si no soy como vos, pero a vos os amo, si no sos yo, pero en mí estás, por eso, Tango amigo me pregunto: ¿Por qué ella no te quiere?
Escribir desde el agro, en plan amanuense, es refrescante. Claro, prescindiendo, por personal elección, de allí traer herramientas tecnológicas, impide que mi crónica llegue a tiempo. ¡Qué más da! No hubiera persuadido a más de varios centenares de votantes, que, quizás se hubieran promocionado a NO VOTANTES.
NADA QUE VER CONMIGO.
Estos individuos, estas señorías, señoras y señores, nada tienen que ver conmigo, ni con ustedes, si lo piensan bien. No elegimos nada, ni siquiera a ellos, pues los primeros de la lista en los partidos grandes, siempre salen. El resto de la lista, los eligen ellos; los primeros de la lista. Como mucho, podemos influir, con nuestro humilde voto, el que lo deposite, si van a beneficiarse del premio de la inmunidad, más mantenidos de una lista, que no hemos elegido que, de otra, que tampoco hemos elegido.
Ellos, en eso no traicionan a la Constitución, eligen sus presupuestos, fijan sus salarios, sus prebendas, sus primas, sus dietas, sus sobresueldos y un larguísimo etcétera que sería luengo enumerar.
Ellos, la nueva nobleza, más allá de pequeñas rencillas de puesta en escena, que si la izquierda, que si la extrema derecha, que si la derecha extrema, hacen frente y causa común en conculcarnos libertades y Derechos Fundamentales, como todos los del arco parlamentario hacen e hicieron. Así, todos apoyaron y jalearon los confinamientos ilegales, las sucesivas prórrogas de los estados de alarma inconstitucionales, no porque lo señales este escribidor, mas porque así lo declaró el Tribunal Constitucional de entonces. Los estados de alarma, los confinamientos, la conculcación de los Derechos Fundamentales, fueron INCONSTITUCIONALES.
Sin embargo, nosotros, la ciudadanía, si tal cosa existe, almas cándidas, se lo hemos consentido, no les hemos exigido responsabilidades y en el peor de los casos, la mayoría, ni nos hemos enterado.
El Gorrión Supremo de la Moncloa, bajo el sobrenombre de Pedro el Carcelero fue el responsable primero de tales vejaciones, pero todo el arco parlamentario, la nueva nobleza, casi todos, corearon y apoyaron la ignominia, la tiranía, la privación de esos derechos, llamados Fundamentales, la traición a la Constitución, a la que todos juraron o prometieron acatar y defender.
Casi lo peor que nos puede acaecer a los gobernados; es que alguno de los miembros de esa nueva nobleza intocable, cometa una felonía de pública y notoria trascendencia. No por la felonía en sí, mas porque, ipso facto, se crea una comisión de investigación que nombra un presidente, 4.000 euros de suplemento; uno o dos vicepresidentes, 3.000 euros, cada uno de suplemento; “n” vocales a raíz de 2.000 euros, cada uno de comisión. No queremos Comisiones de Investigación que nos cuestan decenas de miles de euros de comisión.
En esto, hemos de romper una lanza a favor de lo que un día fue VOX, partido, siempre vilipendiado e insultado al que también siempre se le sustituyen sus siglas por el eufemismo de La Extrema Derecha, pues fueron los únicos que presentaron querella de inconstitucionalidad contra los ilegales estados de alarma y confinamiento, Vaya nuestro reconocimiento al empuje de una entonces arrebatadora Macarena Olona, antes de que se trastornara.
Hubiéramos dado nuestro voto de confianza a esta formación con nombre de diccionario de no haber amparado y no desautorizado al doctor “Estigma”, Juan Luis Steegmann, el entusiasta de las inoculaciones génicas experimentales.
No, ni el felón y mentiroso Gorrión Supremo que no siente pudor en lucir en la solapa la insignia multicolor de la Agenda Siniestra, ni el Inoculador y Liberticida Galaico, acabado en óo, ni a la que viaja en tren vomitando mensajes con vocecita pija a lo Tamara F, ni con gran pesar al líder barbudo por no reconocer públicamente los daños producidas por las inoculaciones génicas experimentales ni proponer su investigación.
No, ninguno de ustedes, tiene nada que ver conmigo, ni con la mayoría de la gente,
Por todo lo anterior, esta vez no, no vamos a ser cómplices en la elección de nuestros carceleros.
Sería contradictorio acudir a votarlos. En cualquier caso, carceleros tendremos, pues otros los votarán. Por ello, no con mi voto, no con nuestro voto; NO. No podemos otorgarlo.
Por qué Novak Djokovic es tan odiado por todos los imbéciles del planeta? En su biografía de Olivares, Marañón advierte que al Valido le faltó habilidad para «hacerse perdonar» sus capacidades, provocando las iras del populacho, que es «celoso hasta el paroxismo» del mérito ajeno. Djokovic tampoco tiene esa habilidad, tampoco sabe ni quiere hacerse perdonar sus insultantes dotes y sus proezas innumerables en la pista, que hoy lo consagran definitivamente como el mejor tenista de todos los tiempos.
Por estos pagos el odio a Djokovic se justifica por amor a Nadal; pero nada refleja más impotencia y miseria humana que consolarse con las derrotas o los infortunios del máximo rival de nuestros ídolos. También se justifica el odio a Djokovic alegando que tiene maneras insolentes, que gusta de provocar al público, que no se arredra ni achica cuando lo abuchea la jauría. Todo esto son farfollas. A Djokovic la chusma lo odia por la misma razón por la que Caín odiaba a Abel. Todo un mundo gris y rencoroso de caínes celosos hasta el paroxismo del mérito ajeno se revuelve contra la grandeza solitaria de Djokovic. Todos los mediocres del planeta, todos los mindundis de alma leprosa, todos los Pérez y los Smith envenenados de anonimato, todos los fracasados con halitosis, todos los victimistas profesionales, todos los feos que se matan a pajas, todos los planchabragas que van en patinete para salvar el planeta, todas las charos empoderadas con verrugas en las tetas, todos los tuiteros vociferantes que no se desgañitan en el casino de su pueblo porque así se ahorran el euro del café, todos los fabricantes de baba sistémica, todos los tragacionistas que se pincharon el mejunje y ahora sienten palpitaciones, todos los engorilados de gimnasio que arrastran lesiones, todos los gordos acomplejados que lloriquean ante el espejo, todos los flacos amarillos de envidia, todos los moderaditos que se la cogen con papel de fumar, todos los modositos que fluyen de género por miedo a coger, todos los memos, memas y memes que infestan el atlas se revuelven contra el campeón que no sabe ni quiere hacerse perdonar porque es el mejor de todos los tiempos, porque es un águila que vuela sola, porque desde el cielo de las leyendas puede sacarse la chorra y mear sobre la patulea que lo vitupera.
Nunca hay que tratar de halagar a los imbéciles; por el contrario, conviene azuzar su odio, porque el odio de la chusma da vida a quien es odiado. Someterse a la chusma por hacernos los simpáticos es como renunciar a nuestra primogenitura por un plato de lentejas. Ejércitos planetarios de la mediocridad, muchedumbres lóbregas del fracaso y del rencor, rebaño sin metáforas y sin risas, sabed que Djokovic es el más descomunal tenista que vieron vuestros ojos. Sabed también que los cuerpos (y las almas) se mantienen más sanos sin terapias génicas y que Kosovo es el corazón de Serbia y lo será por los siglos de los siglos. ¡Idemo Nole!
En esta guerra, tan extraña, en la que se puede llegar a la capital, llamada Kiev, en avión, en coche, a pie… En esta guerra tan inusual en el que niños y familias van de acogida a Europa y regresan cuando quieren… En esta guerra de sirenas y miedos mediáticos, el presidente de aquel país, que viaja y da bolos presenciales y telemáticos en Europa y EEUU, en África pinchó, porque en aquellas latitudes el personaje les importa una higa… En esta guerra tan controlada, el caricato Volo Zelenski llega, hace unos días a Paris donde se codea, claro él es un gran héroe, con el dictador Emmanuel Macron y con el canciller alemán, Olaf Sholz, para pedir ayuda.
¿Para paliar las necesidades de su pueblo? —se preguntará algún incauto. ¡No! Para pedir aviones y armamento pesado para que sus jovencitos, metidos a soldados a la fuerza, encuentren la muerte como héroes, intentando cazar algún oso ruso.
Este es el personaje que suscita admiración a nuestros líderes del caduco occidente en la caduca Europa a petición de Estados Unidos representados por el viejecito Biden, Joe para los amigos.
Todo en nombre de la paz y para paliar el cambio climático, deducimos.