ESTÁN ANCLADOS DOS VASOS

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ESTÁN ANCLADOS DOS VASOS.

            Tengo ante mí un vaso grande de agua. No sé lo que habrán deducido, pero en ese vaso grande para agua, tan sólo tengo dos dedos de dicho elemento. Luego, lo que prometía ser abundancia, en verdad es tener poca agua. Cabe él, junto a él diremos para que todo el mundo lo entienda, tengo un vasito minúsculo de whisky. Está medio lleno. El titular podría ser: tengo medio vaso de whisky, lo cual es literal, pero la cantidad absoluta es menor que la poca de agua.

            Una conclusión inmediata, sería que me espera una velada de mucha sed. Pero veamos, mis necesidades de whisky son menores que las de agua. Ahora bien, el volumen de agua, aún siendo mayor, es escasa, apenas calma la sed. La otra, la chica, es totalmente superflua, desde el punto de vista de lo que se considera necesario para el consumo humano. Sin embargo, lo superfluo, lo que no es vital para el cuerpo humano hinche los sentidos. Ya lo decían en las películas del Far West, agua de fuego.

            La Fontaine, con este enunciado, podría, a buen seguro, construir una fábula, dando un final edificante. Que sí más vale vaso chico, medio lleno que grande casi vacío. No va por ahí mi cuento, ni hay enseñanza ni moralina.

            El vasito de whisky, agua de fuego, que henchía mis sentidos, lo fui paladeando a pequeños sorbos. No queda nada; se ha secado. Me queda el vaso grande, que, apenas consigue calmar la sed.

            Manuel de Français

TANGO AMIGO ¿POR QUÉ ELLA NO TE QUIERE?

            TANGO AMIGO ¿POR QUÉ ELLA NO TE QUIERE?

            Me llamo Antucho Barbosa
            Y mi apodo no lo digo
            Caí a un tango siendo niño
            Y salir de él no he querido…

            Ya de pibe un nombre me resonaba, Carlos Gardel. No sabía por qué, no sé por qué; todavía no lo sé. No había antecedentes en mi familia. Acercándome a un puesto callejero de los que vendían cintas de music cassette, oí la voz: ¿tienen algo de Gardel? En ese, o en otro puesto similar, compré mi primera cinta de Gardel, mi primera cinta de tango. Corrí ávido a ponerla en mi reproductor de cassettes. Era, fue un acto íntimo, sin la intención de que lo fuese. Fue un acto, naturalmente íntimo. Sus ojos se cerraron / y el mundo sigue andando / su boca que era mía / ya no me besa más. Yo era joven, rabiosamente joven, no había conocido la pérdida, tal vez, como así fue, no había tenido, todavía, boca que me besara, pero me resonaba también. Sentí nostalgia de momentos no vividos, todavía no vividos, que ya es el culmen de la nostalgia.

            Tirao por la vida de errante bohemio / estoy Buenos Aires, anclao en París. No había estado, todavía en Paris, esto es inexacto; había con mis viejos subido a la Tour Eiffel; no había, todavía visitado Buenos Aires, no lo he hecho aún, pero tuve la primera boca que me besara. Estoy anclao en Paris, me arrancaba con mi acento rioplatense que comencé a cultivar, a mis condiscípulos de curso. Sólo a los más íntimos, se reían; no conocían su significado, pero se reían.

            Bajo el ala del sombrero / cuantas veces embozada / una lágrima asomada / yo no pude contener. Todavía no usaba sombrero; ahora, alguna vez lo hago; todavía, no tenía lágrimas que derramar; ahora, alguna vez lo hago.

            Porque cuando pibe, me acunaba en tangos
            la canción materna que llamaba al sueño.

            Esto último no es literal, pero ese fue el efecto, como al héroe galo de ficción, Obelix, se le adjudica que de niño cayó en la olla de la poción mágica y sus efectos en él son permanentes e inmanentes. Así, mi amigo el tango, entonces no lo razonaba así ni de ninguna otra manera, se convirtió en compañero invisible y ocasional, que no molestaba, que no se interponía entre mí y otros amigos, que no competía con ellos, que no pugnaba con los amores que aparecían y se iban permaneciendo el tiempo que quisieran. Él no interrumpía; por su causa ninguna se fue. Pero cuando se marchaban, en la desolación que en mí dejaba, él me acompañaba. No era el caso del lamento de cabrones, como acuñaron los primeros detractores del tango; se le adjudica la frase a un obispo, no me pregunten a cuál. Era una caída, a veces complaciente, en la melancolía. En una melancolía de letargo y embriaguez, cual lagarto al sol.

            Y sucedió que aquella boca primera, que fue mía, no me besó más. Se fue buscando otras quimeras. Y entonces, tango amigo, me diste la primera banda sonora de mi vida, de mi subida y de mi bajada:

            Tomo y obligo, mándese un trago,
            que hoy necesito el recuerdo…
            Beba conmigo, y si se empaña
            de vez en cuando mi voz al cantar,
            no es que la llore porque me engaña,
            yo sé que un hombre no debe llorar.

            Pero el hombre que fui, lloró, naturalmente, porque amigo tango, vos no sos yo, ni yo soy como vos, pero sos mi otro yo, con quien me entretengo, cuando una pena me aflige y rumiándola a tu estilo, hallo el consuelo.

            Pero tenés tu lado canalla, ¡cómo no lo ibas a tener! Porque estás hecho de la misma materia que el que te escucha y el que te canta, de la piba con la que alguna vez conseguimos danzar; de penas y alegría. Sí de alegría; parecerá extraño, pero ese es mi sentimiento. Cuarenta años, o algo así han pasado.

            Tango, juntos seguimos,
            Mira que ha pasado tiempo
            Siempre, me ha parecido descubrir
            una escondida alegría en tu lamento

            Por eso, te hablo, ahora, a ti mujer, he querido y he bailado contigo, lo que él, mi amigo el tango, ponía en boca del interprete que abrazados, a la par que dando vueltas escuchábamos. Mas yo sentía, sentía infinito y era traspasado por el quejido del violín, los rezongos del bandoneón y esas letras, a veces truculentas, lloradas por una voz desgarrada con sabor a aguardiente, quizás del mismo que habíamos libado recién y aún quemaba en mis labios que te ofrecía y tú tomabas. Esas letras que yo metabolizaba y convertía con mi abrazo en lo más puro, también en lo más pasional que mi ser, en ese momento me armaba para arrastrarte… bueno, tú ya lo sabes.

            Vuelvo a ti, tango amigo, ¿Cómo vas a ser culpable de dónde naciste? ¿Acaso el pobre decide dónde nacer? Tampoco el rico, me diréis. Pero el rico, puede elegir do vivir y el pobre no elige dónde medrar. Naciste, o acaso te desarrollaste en el quilombo (burdel) y tus letras fueron procaces. ¿Qué se podía esperar? Por eso fuiste marginado de la buena sociedad. Pero ¿qué querían las gentes biempensantes del momento? La hombría que los barcos escupía en buenos Aires era en gran copia. Las mujeres escasas. Ellas podían elegir; ellos maldecir la pérdida.

            Tus ritmos primitivos fusionados del candombe de los negros africanos, con la milonga, herencia, acaso, de la polca europea, fueron de arrime para escándalo de las damas decentes. No había letras y cuando aparecieron creadas por iluminados que esperaban su turno en el quilombo, fueron de lenguaje prostibulario. ¿qué otra cosa se podría esperar? Ese estigma, tango amigo, no has conseguido quitártelo. Cuando ya no tienes apenas predicamento, cuando eres presentado a las gentes “avanzadas” de nuestro tiempo destacan eso. No ven más allá; te ven sucio.

             Pero los tangos instrumentales crecían y crecían y necesitaban letras más elaboradas. Aparecieron los poetas del tango, gente instruida que había leído y admirado a los poetas simbolistas franceses. Por eso y por el ambiente que recreaban, sus letras no fueron de color, como el folclore en otras partes del país, sino de los matices. Los matices del gris.

            Como el mar, el humo de niebla las viste
            y envuelta en la gama doliente del gris
            parece una tela muy rara y muy triste
            que hubiera pintado Quinquela Martín.

            Me has acompañado todo este tiempo, sin pesadez, sin insistencia, sin molestar, casi medio siglo. Cuándo escuchándote y atendiéndote con ella danzaba y en mis brazos tenía, no éramos un trío. Éramos ella y yo. Ella, con su conciencia, yo con la mía, a menudo era de to soplo de lo que se nutría.

            En ti he encontrado, si no el remedio, sí el paralelismo con las cuitas que me atormentan o me invaden a mí que paso por ser hombre tranquilo y civilizado. Porque de lo que tú hablas, hay tanta verdad, que no pasa de moda. Eres plenamente actual.

            Tango, tango
            Vos que fuiste el amigo
            Confidente de su amor.

            Sí, el único confidente, el más fiel, el más entregado. Por eso, Tango amigo, si no soy como vos, pero a vos os amo, si no sos yo, pero en mí estás, por eso, Tango amigo me pregunto: ¿Por qué ella no te quiere?

Juansito Caminador

CABE LA VENTANA

             CABE LA VENTANA

CABE-LA-VENTANA-webCabe la ventana y sobre su butaquita modelo María Antonieta, la chica se mantenía erguida y sedente. Sobre la falda yacía el libro cerrado. Su mirar viajero lo ignoraba e iba de la cabra del vecino que ramoneaba sobre el verde tapiz al cabra de su padre, ese gran zangolotino que perseguía a Julia, la nueva criada. Ésta, fingía excitante temor en la persecución.

Pero ya penetraban en el bosquecillo; la muchacha se sonrió, ante la doble interpretación del verbo empleado. Las ramas de fresno crujían lastimeras ante el ímpetu de la montería. Pronto quedaron ocultos por el follaje, salvo un claro, oquedad entre el ramaje.

Desde su atalaya, atisbó y, por un momento, una blancura la cegó e intrigó hasta que supo interpretarlo. Julia, desprendida de cofia, blusa y corpiño, dándole la espalda, blanca come se ha dicho, se ahorcajaba sobre el hombre tendido, yaciente.

La muchacha complacida, no quiso ver más. Abrió el libro por la cinta que marcaba la última página escrita. Tomó su delgada estilográfica de plumín dorado y escribió complacida:

Hoy te has superado, querida mamá Julia. Que se prepare papá; mañana traen el disfraz de domadora.

El Morocho del Abasto

DURANTE EL CONFINAMIENTO

DURANTE EL CONFINAMIENTO.

 

MUSAS-WEBDurante el confinamiento
¡ay qué dolor!
suspendo con mis musas
la reunión semanal.

Y esta privación,
en lo afectivo, me marca.

Y en lo creativo,
me limita.

Habré de escribir
por mí mismo.

 

 

 

 

Me siento desnudo.

HOMBRE-MARRON-DE-ESPALDAS-web

Que en mi vida me he visto en tal aprieto;
catorce versos dicen es un soneto…

¡Anda, pues no me sale mal del todo!

 

El Morocho del Abasto

PARQUES Y JARDINES

Parques y Jardines.

 

FLORA-WEBFlorinda vendía besos y con ellos alegría. Los hombres hacían cola ante su puesto en un paseo público, un rincón algo tupido y casi boscoso. No precisaba para su industria, más que un taburete alto donde aguardaba coquetamente sentada el desfile de varones. Era muy disciplinada y metódica e invariablemente comenzaba su actividad a las nueve de la mañana en verano; a las diez en invierno. Por aquello de no ofrecer sus labios fríos. El primer cliente de la mañana recibía su aliento de clorofila; el siguiente y sucesivos, además, la saliva del anterior.

FLORO-WEBUno de sus primeros besucones fue Marcelo, hombre emprendedor y aplicado, convencido militante por la igualdad, así que, decidió establecerse unos pasos más allá, entre rosales, mucho más apropiado, para ofrecer el mismo servicio a las damas ávidas de besos, que también las hay.

No hubo rivalidad; cada uno tenía su clientela propia, por géneros, luego el trato, entre ellos, era cordial; se saludaban al comienzo de su jornada laboral y al finalizarla. No era lo más frecuente, pero se daba el caso, esporádicamente, de tomar el aperitivo juntos. Ninguno de los dos trabajaba por la tarde; no saben ustedes lo agotador que resulta tanto besar.

La Municipalidad, siempre velando por la seguridad y el bienestar de sus administrados, viendo que la actividad besucona era próspera, decidió crear, en su honor, un epígrafe para que pudieran acogerse al Impuesto de Actividades Económicas. Así estarán protegidos, les anunció en una simpática carta, advirtiéndoles que disponían de un mes para acogerse a tan beneficiosa medida. También, en su provecho, les aplicó una pequeña tasa para fundar el Montepío de Huérfanos de Besucones de Parques y Jardines.

Por último, se crearon los Estatutos de PP. y JJ. cuyo artículo primero, establecía que los besos ofrecidos por el hombre no eran de la misma categoría, así que la tarifa de éste había de ser menor.

Esta medida bienintencionada produjo una brecha salarial, así que el hombre para llegar a fin de mes, tuvo que besar más y más rápido, con perjuicio de su buen nombre, pues los besos así dados creaban insatisfacción.

Florinda, justo es decirlo, disfrutaba con su trabajo, pues besar era su vocación, además, le reportaba pingües beneficios. El caso de Marcelo era distinto, pues lo hacía por necesidad. Su mujer, sin embargo, de forma inconsciente, le allanó el camino hacia la profesión. ¡Qué bien besas! –le dijo en la primera cita. Ese halago primero, le quedó grabado a fuego. Tras quedarse en paro de su anterior trabajo, lo evocó. Y ese fue el motivo. Tenía tres hijos que mantener a los que, al llegar a casa, no besaba fatigado de tanto besar.

Un buen día, entre su clientela de féminas, se coló un hombre que le solicitó ser besado. No se confunda caballero –le dijo–, a escasos metros de aquí, la señorita le besará adecuadamente. Parece ser que el cliente despechado formuló una queja ante Sindicato de PP. y JJ.

Un inspector se personó afeándole la conducta, esgrimiendo que el suyo era un trabajo moderno en el que no cabía hacer discriminaciones por sexo. Somos iguales en género, sentenciaba la amonestación que le dejó por escrito.

Marcelo hizo de tripas corazón y ofrecía besos de tornillo, no sin cierta aprensión, a los caballeros que lo requerían, cuyo número aumentaba día a día. Es por el boca a boca –se comentaba.

Florinda vio en ello competencia desleal y denunció el hecho ante tan recto Sindicato, que haciendo gala de ecuanimidad, resolvió que el denunciado estaba en su derecho de besar a cuantos caballeros se lo solicitaran y para que ese derecho fundamental fuera beneficioso para ambas partes, se le exigía, como desagravio, que remunerara con un 50% a la denunciante de los beneficios por este cauce obtenidos.

Ésta, dando muestra de tolerancia dio por buena la sentencia y no ejerció su derecho al recurso.

La Municipalidad y todas las mentes biempensantes de la sociedad civil quedaron satisfechas y la ciudad quedó como ejemplo para la Nación de que se había conseguido la igualdad en género en todos los estamentos profesionales.

–A propósito de género –dijo Marcelo a Florinda…

Era la hora del aperitivo. Lo tomaban juntos una vez al mes.

–Se llama género –reanudó Marcelo– entre otras cosas, a la mercancía que un comerciante vende. Nuestra mercancía son los besos. Por lo tanto, somos iguales en género, pero diferentes en precio.

–Bueno, pero no se lo diremos a nadie.

El  Morocho del Abasto

VALENCIANO DE TERUEL

            VALENCIANO DE TERUEL.

            Ruta Literaria por parte de la Corona de Aragón
            Godella – Alicante – Valencia – Teruel.

      C-A-MANZANA-DE-LIBROS-web      La literatura está llena de guiños a ciudades, cuando no, les concede el papel protagonista. Así, pensar en Rayuela de Cortázar es evocar Paris: la Ciudad de los Prodigios de Eduardo Mendoza es la misma Barcelona; Luces de Bohemia de Valle Inclán nos adentra en Madrid; cualquier Sherlock Holmes de sir Arthur Conan Doyle, nos lleva sin tregua a Londres…

Pero hay historias en las que la ciudad recibe un protagonismo diferido y por delegación de un edificio que en ella está enclavado. Este último es el protagonista y el paisaje de fondo.

Relacionamos a continuación cuatro historias, mucho menos o escasamente conocidas, cuasi inéditas. Las emparejamos con su ciudad.

El-Misterio-de-las-4-Sillas-webGodella.         El Misterio de las Cuatro Sillas.

Cuatro sillas dispuestas alrededor de una mesa inexistente, es decir del vacío, es un enigma para quien quiere verlo.

 

 

Alicante.        El Patio de los Naranjos.

El--patio-de-los-naranjos-min-webMucho más modesta que La Divina Comedia de Dante Alighieri y sus 7 cornisas, esta historia tan sólo tiene dos: Un sui géneris inframundo y la luz.

 

 

 

Valencia.       Las Gaviotas de laAudiencia.

Las-Gaviotas-de-la-Audiencia-min-webLas gaviotas, esas aves, para algunos, símbolo de libertad, para otros tienen muy mala prensa. Tras su lectura, que cada cual saque sus conclusiones

 

 

 

 

 

Teruel.           Libro de Obras.

Libro-de-Obras-min-webUna de las palabras de moda es “spoiler”, en el cual he caído, pues lo anterior, no se cuenta en el libro.

 

 

 

 

 

 

PCH-4Las cuatro historias están recogidas en el libro Cuentos Arquitectónicos de Manuel Salvado Redón, editado por Chiado.

El Morocho del Abasto

 

 

 

 

 

VALENTIA-EDETANORUM-1704-1-1.WEB

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Y NO ESTABA MUERTO.

 Y-NO-ESTABA-MUERTO-pint-oleo-web             Y NO ESTABA MUERTO.

 

—¡Hay que desenterrar a Franco!

—¿Por qué Pablo? —preguntó Pedro.

La escena, no se piensen que sucedía en la antigüedad bíblica, ni conversación de apóstoles, no: ocurrió prácticamente anteayer.

—Porque fue un dictador.

—¡Ah!

—Y mató a mucha gente —reanudó Pablo.

—¿Con sus propias manos, Pablo?

—No, hombre no; mandó matar. Además…

—Además ¿qué, Pablo?

—Es una vergüenza que esté enterrado al lado de aquellos a los extorsionó y humilló.

—Ah, entonces se trata de una fosa común; se decía que era un monumento para su mayor gloria personal y que sólo tenían cabida junto a él los de su bando. Entonces ¿cómo es que también están enterrados los otros?

—Los que morían construyéndolo.

—¿Murió gente?

—Seguro, pero ¿qué se yo? Hace tanto tiempo.

—Eso mismo pienso yo.

—Oye, Pedro, ¿no serás tú uno de ellos?

—¿De quienes Pablo?

—De esos, ya me entiendes.

—Pues no, no te entiendo, además dictadores que mataron mucha gente y están en sitio público, privilegiado… ahí está Napoleón. ¿Por qué nadie habla de exhumar a Napoleón y de llevarlo a su isla de Santa Elena?

—Hombre Pedro, aquello ocurrió hace mucho tiempo.

—Eso mismo me parece a mí.

—Ay Pedro, es que hay que explicártelo todo; Napoleón fue un gran general y estaba por la Liberté, la Fraternité y la Égalité. Y por la Grandeur de la France…

—El nuestro, el patrio, dicen que fue Generalísimo y pretendía que España fuera Una, Grande y Libre.

—Uy, Pedro, qué mal te veo. Haré como que no he oído nada. Tienes que acordar en Consejo de Ministros la Exhumación de los restos de Franco y entregárselos a su familia para que lo entierren en un lugar discreto. Tienes también que enviar a tu ministra estrella para que hable con el Papa y ponga en vereda a ese Prior rebelde del Valle de los Caídos.

Pedro vio en las palabras del iluminado Pablo, la senda a seguir. Mientras, se hablaba en la calle. Los Contertulios televisivos, esos hombres y mujeres sabios, que de todo entienden y de todo hablan, los politicastros, biempensantes partidarios del pensamiento único que los hay a montón; son pandemia, iban, a su pesar, resucitando al Viejo Dictador. Nunca había llegado a tan altas cotas de popularidad. Los jóvenes que no lo conocieron y escasamente habían oído hablar de él tenían ahora un nuevo personaje a clasificar entre el capitán América y algún protagonista de Juego de Tronos. La memoria histórica había triunfado: rescatar del Olvido a alguien que ya no contaba…

A las seis de la madrugada, para evitar a los curiosos, irrumpió una delegación en la quietud del Valle de los Caídos. Un destacamento de policías nacionales voluntarios-obligados, acompañados de una representación de Mossos de Esquadra voluntarios se habían adelantado, una hora antes, y un mando de cada cuerpo penetró en la celda del prior: Eminencia, venimos a llevárnoslo. Ante la sorpresa del durmiente, aclararon. No es a usted Eminencia, no le dé a usted ansia, no le dé a usted miedo. Venimos a por Él.

Mientras, desde una colina cercana, no convenía un exceso de protagonismo, Pablo y Pedro, armados de prismáticos de alta tecnología y alcance supervisaban los operativos.

Llegó el momento de personarse en el mausoleo del que se dejara denominar Generalísimo de los ejércitos y Caudillo de España, ahora ya elevado a la categoría de ser mitológico.

—Abran —ordenó el Jefe de la delegación.

Había recibido la orden de los oteadores vía Walkie Talkie. En la era del telefonillo portátil este método añadía un toque vintage a la gesta.

Abrieron. Veinte cabezas con sus veinte pares de ojos se asomaron. Tan sólo el Prior se mantuvo en un aparte, irónica su mirada. En el interior, una sencilla caja de madera sin pudrir ni acusar señales del paso de tiempo.

—Es por las condiciones y el microclima —anunció el Jefe de la delegación, sin duda el hombre más preparado de los presentes.

—Abran la Caja, Atronó.

Se decidió que tal honor cabía de forma paritaria dos Policías Nacionales voluntarios-obligados y a dos Mossos de Esquadra voluntarios.

Retiraron muy gentilmente los cerrojos que fueron cuatro y lo hicieron por riguroso turno. Así que ninguno se aprovechó, ni siquiera la suerte sonrió a ninguno más que al resto. Con gran ceremonia y dulzura retiraron la tapa de madera de boj de los bosques gallegos.

Ocho ojos se elevaron hacia el Jefe de la delegación, pidiendo consejo. Se trajo una escalera de mano, no era cuestión de que tan digno señor saltara como un simple Número de la P.N. Después descendieron el subjefe, el tercero de a bordo, el asistente del jefe, el del subjefe y el del tercero de a bordo, el mando de la Policía Nacional y el de los Mossos. Ninguno de tan doctos señores, amén de la señora concejala de Fiestas de El Escorial, que fue la única que quiso sumarse a la Fiesta, supieron dar respuesta al enigma. La caja estaba vacía. Ni huesos, ni polvo de huesos, ni fuegos fatuos. Nada.

Mientras, con ojos traviesos, como nunca los había tenido, ocultos, eso sí, tras cristales oscuros, el viejo general viajaba en autobús como un jubilado más. A las pruebas me remito.

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El Morocho del Abasto.

Autor de la Fotografía: Emilio Roca.

Photo by (C)2012 @emival_fotos

 

EL ROMACE DE LA REINA MERCEDES (Segunda Parte)

EL ROMACE DE LA REINA MERCEDES (Segunda Parte)

Concha-Pique-web

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Viene de: http://blog-entonoquedo.msal-delinea.com/romance-de-la-reina-mercedes-i-parte/

(Recordamos a los amables lectores que el texto que sigue, así como el de la primera parte, es una traducción del artículo original que escribiera, años antes, en francés. El estilo, puede sufrir alguna extravagancia para el idioma español, por un intento, quizás excesivamente celoso, de mantener, al máximo, la literalidad original)

El Romance.

RAFAEL-DE-LEON-WEBRafael de León compone el romance de la Reina Mercedes en el que destaca sobre todo la historia de amor de la joven pareja real en la que el primer fuego del amor, todavía estaba vivo. Añade y cuenta la conmoción que el evento ha producido sobre el pueblo español. La letra es una obra maestra de la canción popular de ese periodo. El lenguaje es poético, pero simple, las imágenes que sugiere son bien entendibles. Incluso, la sola palabra francesa, el apellido Montpensier, para adaptar su sonido a la pronunciación hispano-andaluza, se convierte en Mompansié. Sin embargo, Rafael de León se inspiró en una coplilla popular anónima.

RAMON-MENENDEZ-PIDAL-webHablar de esa coplilla merce algunas líneas. Ramón Menéndez Pidal (13/09/1869-14/11/1968), filólogo, historiador, folclorista, medievalista español, creador de la Escuela Filológica Española, en un ciclo de conferencias dadas en la Columbia University of New York en 1909, promovidas por la Hispanic Society of America, hace mención a dicha coplilla. Por fortuna, esta sociedad, decide editar en 1910 el contenido de estas conferencias. Dice Menéndez Pidal:

A menudo, una antigua coplilla sufre una modernización. La coplilla del siglo XVI:

-Dónde vas-tu, el  desdichado,                     -Ou vas-tu, le malheureux,

 donde vas triste de ti !                                  ou vas-tu  oh triste de toi !

-Voy en busca de mi esposa                        -Je vais à la recherche de mon épouse

 que ha tiempo que no la vi.                          qu’il y a longtemps que je ne l’ai pas vue.  

-Muerta es tu enamorada                              -Morte est ton amoureuse

 muerta es que yo la ví,                                 morte est-elle, que je l’ai vue.

Las andas en que la llevan                           Le brancard sur lequel on la mène

De luto las vi cubrir                                        garni  en deuil, l’ai je  vu.

Recuerden que Menéndez Pidal recoge esta coplilla en 1909. Continúa:

NIÑAS-CORRO-webTodavía es cantada en toda España, pero a su lado hay una versión propia de las niñas que la cantan mientras juegan, con ligeros cambios, adaptan la coplilla a la muerte de la reina Mercedes.

 

 

 

 

 

-¿Donde vas rey Alfonsito,                             -Ou est-ce que tu vas roi petit Alphonse

 donde vas triste de ti ?                                  ou vas-tu oh triste de toi ?

-Voy a la busca de Mercedes,                        -Je vais à la recherche de Mercedes,

  dias ha que no la vi.                                     Ça fait des jours que je ne l’ai pas vue.

-Merceditas ya se ha muerto,                       -Petite Mercedes est morte,

 muerta está, que yo la vi.                             morte est elle, que je l’ai vue.

 

El Romance de la Reina Mercedes (Quintero, León y Quiroga)

QUINTERO-LEON-QUIROGA-WEBTraduccón al francés por Manuel de Français (Que Rafael de León me perdone)

 

 

 

Una dalia cuidaba Sevilla                               Un dahlia soignait Séville

En el parque de los Mompansié,                   Dans le parc des Montpensier,

Ataviada de blanca mantilla                          Parée de blanche mantille

Parecía una rosa de té.                                  Ressemblait-elle une rose de thé.

De Madrid con chistera y patillas                  De Madrid coiffé haut-de-forme et favoris

Vino un real mozo muy soberan                   Est venu un royal garçon très souverain

Que a Mercedes besó en las mejillas            Qui à Mercedes embrassa sur ses joues

Pues los niños son primos hermanos            Car les enfants sont des cousins-germains

Un idilio de amor, empezó a sonreir             Un idylle d’amour commença à sourire

Mientras cantan en tono menor                   Tandis qu’on chante en ton mineur

Por la orillita del Guadalquivir.                      Par la berge du Guadalquivir.

 

Estribillo                                                         Refrain

 

María de las Mercedes,                                 María de las Mercedes

No te vayas de Sevilla,                                   Ne quitte pas Séville,

Que en nardo trocarse puede                       Que l’œillet de tes joues

El clavel de tus mejillas.                                Un nard devenir peut.

Que quieras o que no quieras                       Que tu veuilles ou ne veuilles pas

Y aunque tu no dices nada                            Bien que tu ne dis rien

Se nota por tus ojeras                                   L’on aperçoit par tes cernes

Que estás muy enamorada.                          Que tu es très amoureuse.

Rosita de Andalucia,                                      Petite rose d’Andalousie,

Amor te prendió en sus redes                       L’amour t’a pris dans ses filets

Y puede ser que algún día                             Et peut être qu’un jour

Amor te cueste la vida                                   Amour te coute la vie

María de las Mercedes.                                 María de las Mercedes.

 

Una tarde de la primavera                            Un soir de printemps

Merceditas cambió de color                          Merceditas changea la couleur

Y Alfonsito que estaba a su vera,                  Et Alfonsito qui était à son coté

Fue y le dijo : ¿Que tienes mi amor ?            Lui demanda : ¿Qu’est-ce que tu as mon amour ?

Y lo mismo que una lamparita                      Et comme une petite lampe

Se fue apagando la soberana                        S’éteignit la souveraine.

Y las rosas que había en su carita                 Et les roses de sa figure

Se le volvieron de porcelana                         Devinrent de la porcelaine.

Y Merceditas murió empezando a vivir        Et Merceditas mourut tout en commençant à vivre.

Y a la Plaza de Oriente, ay dolor !                 Et à la place de Oriente, aïe douleur !

Para llorarla fue todo Madrid.                       Pour la pleurer arriva tout Madrid.

 

Estribullo                                                               Refrain

 

Maria de las Mercedes,                                 Maria de las Mercedes,

Mi rosa más sevillana,                                   Ma rose la plus sévillane,

¿Porque te vas de mis redes                         Pourquoi t’en fuis tu de mes filets

De la noche a la mañana ?                             De la nuit au jour ?

De amores son mis heridas                           D’amour sont mes blessures

Y de amor mi desengaño                               et d’amour ma déception

Al verte dejar la vida                                      En te voyant laisser la vie

A los dieciocho años                                      À dix-huit ans.

Adiós princesita hermosa                              Adieu belle petite princesse

Que ya besarme no puedes.                          Que tu ne peux plus m’embrasser.

Adiós, carita de rosa,                                     Adieu petit visage de rose,

Adiós , mi querida esposa,                             Adieu, mon épouse aimée,

María de las Mercedes.                                 Maria de las Mercedes.

 

Estribillo (final)                                                  Refrain (final)

 

En hombros por los Madriles,                       À travers Madrid sur ses épaules,

Cuatro duques la llevaron                             Quatre ducs la portèrent

Y se contaron por miles                                 Et l’on comptait par des milliers

Los claveles que le echaron.                          Les œillets qu’on lui lança.

Te vas camino del cielo                                 T’en vas chemin des cieux

Sin un hijo que te herede                              Sans un fils qui t’hérite

España viste de duelo                                    Espagne se couvre de deuil

Y el rey no tiene consuelo,                             Et le roi n’a pas de consolation,

Ay ! Maria de las Mercedes !                         Aïe, María de las Mercedes !

 

El Morocho del Abasto

 

YA ESTA AQUÍ.

LE-VINYA ESTA AQUÍ.

 

 

 

 

De pronto, como quien despierta de un letargo, recordé que tenía un libro en el mercado, Cuentos Arquitectónicos, del cual ya no me ocupaba, siguiendo el ejemplo de mi editorial casi desde el principio. Me dejó abandonado a mi suerte y tuve que ir yo solo aireando mi libro.

PAPELERIA-CEVANTES-POSTEGUILL-SALVADOR-WEBVisité de nuevo la Papelería-Librería Cervantes, en el ámbito local, Godella. La nueva propietaria ¿Mercedes? viendo que husmeaba entre los libros, fue la primera en decírmelo: Ya está aquí el Planeta; nos llega en dos días. Después, me anuncié como autor y muy amablemente prometió pedirlo a la distribuidora. Clemen, su antecesora, había liquidado existencias.

LIBRERIA-IZQUIERDO-CUENTOS-ARQDel ámbito local al capitalino. Juan, de la Librería Izquierdo, sigue pidiendo mis libros. Le queda un ejemplar. Está en buena compañía; en el escaparte. Hablando con él, me lo dijo: Ya está aquí el Planeta. Mañana nos llega.

CARLIN-GODELLA-POSTEGUILLO-WEBDe vuelta a casa, no visité Carlín Godella dónde reina Vicente  con el apoyo de Inmaculada; era noche cerrada. Sin embargo, leí su publicación en Facebook: El Premio Planeta 2018, ya está en Carlín. También le quedan algunos ejemplares de mi libro.

BURJASSOT-LLIBRES-2Tampoco visité Burjassot Llibres donde sobrevive refunfuñando Rafa, ajeno al optimismo de Teresa , pero a buen seguro, si no le faltara el ánimo, estaría en condiciones de decir: Ya está aquí… El mío también lo tienen.

LE-BEAUJOLAIS-NOUVEAU-WEBTanto “ya está aquí”, me hizo evocar ese vino francés ya popular en el mundo entero, que no es un gran vino, ni siquiera está especialmente rico, aunque es joven, insultantemente joven, verde, afrutado, travieso y que tan bien han sabido publicitar: Ya está aquí el Beaujolais Nouveau.

PRIX-GONCOURT-WEBConcluiríamos diciendo que noviembre es un mes excepcional, pues aparte de la caída de la hoja que tapiza, de tonos cobrizos, bosques y alamedas, bajo las cuales se ocultan tesoros con forma de champiñones, níscalos, rebollones…, es el mes en que sale a la venta el Premio Planeta. Y en su tercer jueves, el Beaujolais Nouveau. Y por añadidura se lanza el Premio Goncourt, el más prestigioso de las letras francesas.

Concluiríamos así, pero la verdadera enseñanza, lo que encierran las líneas precedentes, cual hojas que cubren los tesoros micológicos, es que, en las librerías mencionadas, entre otras, se pueden encontrar dos obras; una grande y otra digna, aunque quizás la primera también sea digna: Yo Julia, de Santiago Posteguillo, querido maestro y Cuentos Arquitectónicos, de un seguro servidor.

El Morocho del Abasto.

Liberty Bar

Liberty Bar                                      Georges Simenon, 1932

 

JAJA-BLANCO-NEGRO-WEBUn Maigret toujours vêtu à la parisienne descend dans le Midi, à Antibes, où tout sent les vacances. Le soleil omniprésent, les gens habillés en blanc et bleu, les raquettes sous le bras, l’odeur sucré des mimosas. Tout est plongé derrière un voile d’irréalité. Néanmoins, un homme a été assassiné… Un homme important, autrefois, alors la consigne c’est la discrétion. Pas d’histoires !

Dans ses va et vient, il rencontre les deux Martinis, mère et fille ; la grosse Jaja qui règne dans le Liberty Bar, la blême Silvie et le malin Joseph. Il y a aussi de fils du décédé, un homme tiré aux quatre épingles. Avec ces acteurs, elle se joue la comédie.

JAJA-COLOR-WEBMaigret a toujours du mal à se prendre au sérieux dans cette ambiance irréelle de pins parasol, de yachts, d’hôtels somptueux, de casinos… Pour revenir à la réalité, il se répète que William Brown a été assassiné.

Mais à Cannes où ses démarches le mènent, il découvre aussi les ruelles minables et la grande trouvaille : le Liberty Bar

Là, le temps n’existe guère, même l’ambition de l’argent. Les clients, rares, sont en famille. Maman Jaja sert à boire et à manger. Cela beurre la conversation.

Précisément, les dialogues, les pensées et les arrière-pensées surmontent et marchent au-delà de l’enquête. Un style sobre dans ce roman, mais plein de petits détails, de nuances, des sous-entendus…

Un Maigret presque tendre, dépassé, débordé, noyé par tout cette mer, tout ce soleil et tout ce grand boulevard qui s’étend de Cannes à Menton.

Liberty Bar, un chef d’œuvre.

 

Manuel de Français