LA MANSEDUMBRE

LA MANSEDUMBRE.

Parked lorries on the outskirts of Ashford, amid the coronavirus disease (COVID-19) outbreakLa verdad es que somos mansos. Nos dan un toque de queda de tiempos de guerra: prohibido salir más allá de la medianoche y lo cumplimos. Nadie se revuelve. No se comparte la medida arbitraria, pero se acata. Pero los buenos ciudadanos, los policías de balcón y visillo quieren más. Remueven, instigan y piden, patalean. Los reyezuelos de los Reinos de Taifas periféricos se hacen eco y aprietan más. Cada uno a su estilo, claro. Cada uno dejando su impronta. El nuestro reduce el toque de queda a las 23 horas. Todos acatamos. Nadie protesta.

Los teatros, los que se atreven aún a programar adelantan sus funciones a las ocho de la tarde. Es invierno y es de noche, menos mal. Los espectadores están esponjados; uno sí, otro no. Aforo limitado al 70, al 50 o al 30 por ciento, según la autoridad invente o esté de humor. El espectador, los espectadores con máscaras de carnaval, respirando con dificultad, pero aún agradecidos a que les permitan este esparcimiento controlado. Los actores actúan, los empresarios abren. Quizás ni los unos ni los otros ganen, pero al menos tendrán para pagar una parte de sus impuestos. Éstos no se han reducido al 70, al 50 o al 30%.

¿Vamos a cenar tras la función, cariño? —Sí sí, sí, pero démonos prisa, que ya son las 22horas.

—Lo siento, señores; no tengo mesa disponible. ¿Si quieren una fuera?

—No Pepito, ya sabes que soy friolera; no lo voy a disfrutar. Caminemos por Valencia, como cuando éramos juveniles.

Todo el mundo se apresura; más que paseo es una carrera.

—Las 22,59; ya estamos en nuestro zaguán querida. Por los pelos.

Debido a la incidencia de los contagios, la municipalidad, sempiterna centinela de la seguridad de los ciudadanos, para protegerlos, suspende cautelarmente la actividad de los mercaditos semanales en la calle. Es la actividad comercial más segura, pero nos da igual; es por vuestra seguridad.

En cuanto a los bares y restaurantes con opción a terraza, en prueba de bondad y como excusa para poder seguir cobrando el impuesto de ocupación de vía pública, les vamos a permitir seguir montando las mismas mesas, pero esponjándolas, para lo cual les permitiremos hacer, lo que hasta ahora sólo podían hacer los falleros, esto es; ocupar la calzada, secuestrando plazas de aparcamiento por el bien de todos. Aquellos que no tengan opción a terraza, da igual; tampoco les vamos a dejar que atiendan en barra, pero no les vamos a cerrar el negocio. El que lo haga, será porque no es solidario y no entiende el sacrificio que todos hacemos.

Los locales de ocio nocturno, en prueba de nuestra infinita misericordia podrán abrir durante el día y servir little cups of café con leche with fantastic croissants. De este modo, los jóvenes noctámbulos no tendrán locales a su disposición en los que disfrutar con garantías. Así, montarán sus botellones nocturnos y podremos cargar en contra de esta juventud irresponsable que sólo piensa en sí misma.

En justa reciprocidad y para evitar males mayores, la atención primaria será telefónica. La ciudadanía ya es madura y sabe expresar con precisión sus síntomas y ante dudas puntuales que pudiera haber, a saber; testículos inflamados, siempre podrán enviar un reportaje fotográfico de los mismos. Para eso está la tecnología ¿no? No todo va a ser chatear con los amigos.

Se perseguirán especialmente los besos, los abrazos y aún las relaciones sexuales, incluso entre convivientes. La Iglesia ha levantado mucho el pie y ha de ser la sociedad civil la que vele contra tales excesos.

Noticia de última hora: Más de 3000 camioneros patrios han sido distinguidos en la frontera franco británica con pruebas PCR gratuitas. No se lo creerán, pero algunos incluso protestan, total por llegar unos días tarde a sus hogares. Oigan; todos los años hay Navidad. País de ingratos.

JULIETTE GRéCO. LA DAME DE SAINT GERMAIN.

Juliette Gréco. La Dame de Saint Germain.

 

JULIETTE-GRECO-CHANTE-webTendre et dure histoire, comme il y en a d’autres : Une fille arrive seule à Paris ayant pour tout bagage un billet de train et une adresse. Par ces choses de la vie, suivant des cours d’art, elle côtoie d’autre jeunes fous comme elle lesquels, dans une cave voutée à Saint Germain-des-Près, dansaient, faisaient de la musique et parlaient philosophie. Jean Paul Sartre, malgré ses dioptries, la remarqua et fit d’elle la muse de leur groupe : les existentialistes. Il l’encouragea à se dédier à la chanson, mais comme elle répondit que ce qu’elle écoutait à la radio ne lui plaisait pas, Sartre lui fournit quelques paroles, la nuit des manteaux blancs. Un ami compositeur écrivit la musique. Et comme ça, tout simplement elle débuta à Saint Germain.

Muse des Existentialistes, Muse de Saint Germain des-Prés, icône de la Chanson, icône de France, la Diseuse des Poètes, la Dame en Noir ; tous ces épithètes pillées de ci et de là lui sont accordés ; elle les acceptait tout simplement, mais intimement, peut-être, elle s’en moquait un peu.

C’était son caractère à ce que l’on dit : L’humour, son sens d’humour. Sens d’humour nécessaire pour la séduction.

Séductrice à la voix profonde, chaude et sensuelle, maigre ; toujours vêtue pour tuer, en noir, ça va de soi ; bien serré, ce qui élongeait sa silhouette. Elle est restée dans l’imaginaire, dame d’une élégante liberté.

Quand elle ne comptait que 22 ans, un certain Miles Davis, 23, noir, vigoureux, l’on imagine ; le magicien de la trompète, est arrivé à Paris pour se produire dans un festival de Jazz. Coup de foudre, mutuelle admiration ? Les deux choses et plus. Possédés d’une passion incendiaire, ils commencent à brûler le tout Paris, notamment la Rive Gauche. De leurs folies, ont eu raison l’encre des folliculaires en mettant, quelle ironie, noir sur blanc, leur joie de vivre.

Outre que Sartre, au début, elle a chanté Prévert, les feuilles mortes ; Léo Ferre´, Paris canaille, jolie môme ; Boris Vian, le déserteur ; Brassens, chanson pour l’Auvernat ; Brel, tout un album à l’entier et d’autres.

Faut-il détacher, certainement, son premier tube, la Javanaise de Serge Gainsbourg, l’enfant terrible de la Chanson, noyé dans ses propres vices, qui raconte une histoire d’amour qui a duré le temps d’une chanson, le temps qu’elle dansait la Javanaise.

Pour ceux qui ne l’ont pas connue, la Gréco, n’y cherchez pas une grande voix ; en fait, ce n’est pas commun chez les fondateurs de la Chanson des grandes voix. Exception faite d’Édith Piaf à la voix vibrante, mais sauvage, sans éduquer ; Aznavour au timbre bizarre ; Jacques Brel et son accent qui sentait la morue et les gars du nord et, notamment, Gilbert Bécaud, le mâle de la Chanson ; cela licence de cet écrivassier.

Mais le talent des autres, c’est, munis de leurs humbles voix, défendre d’une énorme dignité ces chansons devenues bande sonore de plusieurs vies.

Revenant à Juliette, elle a tourné plusieurs films en France et à Hollywood, mais c’est dans la Chanson, dont elle a perduré pendant presque 70 ans, jusqu’à son tour des adieux de la scène, intitulé Merci, durant 2015 et 2016.

Après, la maladie et le silence. Installée depuis longtemps à Ramatuelle, dans le Midi, sur la côte, près de Saint-Tropez ; c’est un lieu commun, la Méditerranée chez les vieux chanteurs ; Paris ne fait pas bon, pour les vieux os.

Une longue vie à s’en souvenir, car elle, femme à la mémoire prodigieuse, peut-être, se souvenait-elle de ses mariages. Le premier, le bel acteur, Philippe Lemaire, père de son unique enfant, une fille, décédée quelques ans avant. Puis Michel Piccoli, l’acteur fétiche de la Nouvelle Vague qui a, non plus fonctionné. Dans un entracte parmi le deuxième et le troisième mariage, un producteur de Hollywood à oublier, car le magnat ne possédait point la sensibilité qu’elle mettait avant le sexe. Le dernier mari, le partenaire de son âge mûr et de vieillesse, 30 ans partagés avec le pianiste Gérard Jouannest, celui qui accompagnait d’habitude Jacques Brel.

Chansons de grands auteurs el grands poètes ; cet écrivassier, néanmoins garde une affection pour deux chansons qu’on dirait coquines, voire licencieuses : Qu’on est bien dans les bras d’une personne du sexe opposé, Déshabillez-moi.

Juliette Gréco née à Montpellier de 7 février 1927 vient de mourir le 23 septembre 2020 à Ramatuelle ; elle n’avait que 93 ans. Avec elle, rien ne va plus, s’en va la dernière survivante de la Chanson. Le jeune Aznavour, 94 l’a précédé en 2018-

La Chanson est morte, vive la Chanson !

 

Manuel de Français.

DóNDE VAS CON MANTÓN DE MANILA.

     La_Verbena_de_la_Paloma_cartel1894  DóNDE VAS CON MANTÓN DE MANILA.

 

De entre las coplillas de la zarzuela de La Verbena de la Paloma, la más célebre y, que sin duda cantaron nuestras madres, nuestras abuelas y aún nuestras bisabuelas pudieron haberlo hecho, destaca con fuerza aquello de:

¿Dónde vas con mantón de manila?
¿Dónde vas con vestido chinés?
A lucirme y a ver la verbena,
y a meterme en la cama después.

Este escribidor, pensaba erróneamente, como luego ha comprobado que, esa letrilla estaba inspirada, si no tomada directamente y alterada de la letra de un tango. Del tango, nos ocuparemos a continuación, pero, según la Santa Wikipedia, la Verbena de la Paloma, se estrenó, por primera vez, el 17 de febrero de 1894 en el Teatro Apolo de Madrid, según libreto de don Ricardo de la Vega y música, nada menos que de don Tomás Bretón.

Adiós pues, a la teoría tanguística de quien estas letras les escribe, pues si bien el tango, como género musical tiene sus primeros balbuceos a finales del siglo XIX, es un género absolutamente urbano y del primer tercio, casi mitad del siglo XX, y no es hasta 1917 en que se graba el que es considerado el primer tango-canción, Mi Noche Triste, según una melodía de Samuel Castriota de 1916 y más tarde, se le adjuntó una letra del gran Pascual Contursi y estrenado con la voz de Carlos Gardel. No es objeto de esta publicación tratar de este primer tango canción que tuvo una génesis mucho más complicada de lo que aquí se ha relatado de forma sucinta, bastará, para el tema que nos ocupa decir que, la Verbena de la Paloma no pudo beber de las fuentes del tango, antes al contrario, quizás el tango, que aún no hemos mencionado, pudo tener una influencia en la letra de la célebre Zarzuela.

Para los no familiarizados con la cultura tanguera, diremos, que el tango nació en Buenos Aires, en la ribera bonaerense del Río de la Plata, con rápido eco en la otra orilla, esto es, Montevideo y fue, en sus comienzos y durante casi dos décadas, meramente instrumental pensado para el baile.

Este ritmo nacido, no en un barrio concreto, contrariamente a lo que se piensa, no fue exclusivamente en el barrio de la Boca, pero sí en el suburbio, en los suburbios de la gran metrópoli que se estaba formando por la adición de almas procedentes, principalmente de Europa, de todos los países que allá enviaban a los desheredados de la fortuna. Sobre todo, hombres. Casi exclusivamente hombres. La mujer, en desventaja numérica, sin embargo, tenía el favor de escoger. Pero bueno, en otro escrito, trataremos de la génesis del tango.

Para lo que nos ocupa, añadiremos que cuando el tango, nacido entre otros lugares en los prostíbulos, fue, poco a poco, provisto de letras procaces, acaso soeces, nació el sentimiento de dignificarlo con letras más elaboradas, poéticas, pero sin edulcoramiento, que narrasen la realidad de los que se entregaban a él en cuerpo y alma. Era frecuente que un mismo ritmo, funcionara con distintas letras, del mismo modo que una letra, más o menos improvisada, fuera aplicada a distintas melodías.

Hubo, por consiguiente, una demanda de letras que acompañaran a una determinad melodía y que se identificara tan sólo con ella. Como ocurre, desde entonces, a nuestros días: letra y música van parejas y de la mano e identifican una canción.

Surgieron así los poetas del tango, que no arribaron como un maná caído del cielo, antes al contrario, eran gentes de letras, poetas, autores teatrales, escritores que se sintieron atraídos por el fenómeno tanguero y a él aportaron sus joyas literarias.

Los poetas del tango, eran gente instruida que habían leído a los poetas simbolistas franceses: Baudelaire, Rimbaud, Paul Valéry, etcétera, por lo tanto, no fueron poetas coloristas, pues la atmósfera del suburbio bonaerense no invitaba a ello, por lo tanto, como sus homónimos franceses fueron poetas del matiz, de toda la gama doliente del gris…

Entre todos aquellos intercambios, humanos, culturales, musicales, de miseria y quizás alegría, quien sabe si a un tal Francisco García Giménez Buenos Aires, 1899 – Buenos Aires, 1983), poeta, letrista y comediógrafo, no le llegara, de alguna manera, el libreto de la Verbena de la Paloma y en él se inspirara para su tango Carnaval, 1927 con música de Anselmo Aieta y que Gardel, el Mago del Tango cantara la siguiente estrofa:

 

¿Dónde vas con mantón de Manila?
¿Dónde vas con tan lindo disfraz?
Nada menos que a un baile lujoso
Donde cuesta la entrada un platal
¡Qué progresos has hecho, pebeta!
Te cambiaste por seda el percal
Disfrazada de rica estás papa
Lo mejor que yo vi en Carnaval.

carnaval1La_Verbena_de_la_Paloma_cartel1894

Sea como fuere, tanto para el autor y la heroína de la Verbena de la Paloma, como para la Pebeta del tango de García Giménez, el mantón de manila era una prenda de prestigio, de elegancia y de ascenso social. El tango, siempre más crudo, da idea de cómo su heroína consigue ese ascenso social.

En homenaje a Amparín.

El Morocho del Abasto.

¿QUÉ ES EL SENTIDO COMÚN?

¿QUÉ ES EL SENTIDO COMÚN?

 

¿Qué es el sentido común? No sabiendo responder a ello, sin embargo, a veces cae por su propio peso. Una norma que atenta contra él, a veces, digo otra vez, se revoca, se diluye; cae en el olvido. Pero casi nunca lo es por conciencia; porque se haya reconocido el error, No. A menudo se corrige, por el simple hecho de que mantenerse en el empecinamiento es muy caro.
Se ha levantado la obligatoriedad de usar guantes en supermercados. ¿Por qué? ¿Porque andaban escasos, porque eran caros?

Bienvenida sea esta corrección aunque haya sido por aburrimiento.
Toneladas de vertidos se evitarán. El medio ambiente y la salud dermatológica lo agradecerán.

O quizás, este levantamiento ¿sea porque el virus de la duda no se ha hallado entre sus productos, en sus estupendos anaqueles? Se han hecho análisis de productos elegidos al azar. No se ha detectado. Si es así, quizás, en aras de la tan cacareada transparencia, debiera de decirse. El miedo, entre la población es grande. No sé, si mantenerla en el miedo es rentable. Pero la preocupación, el cuidado, debiera de acotarse. Es muy extendida, entre gran parte de la población, la idea, de que el virus está en el ambiente, en la atmósfera. De ahí, la obligatoriedad de las mascarillas. Esa es una creencia.

Presentamos, a continuación, la dotación ofrecida a un empleado de una empresa, más o menos pública, para el ejercicio de su trabajo en un mes. Y no es personal sanitario.

PLASTIC-web

El Estado, las Autoridades, ante fenómenos extraordinarios como el que nos ocupa, piensa por nosotros. Dicta normas, pues no cree en el sentido común de sus administrados y aún menos en la responsabilidad del ciudadano, del votante, del sujeto llamado pasivo por la hacienda pública y crea el castigo y la multa para quien no siga las normas que los probos gobernantes han diseñado.

Pero, al final, es la responsabilidad individual la que resuelve o agrava el problema. Solo la responsabilidad personal es capaz de gestionar, para bien o para mal el problema que la administración transfiere al administrado, suministrando todo este arsenal plástico. Probablemente, ni se lo haya planteado. Pero el resumen es el siguiente: Yo le entrego todo este material altamente nocivo para el medio ambiente, pero cuidese usted, muy mucho, de contaminar.
Las mascarillas aún siguen siendo recomendadas y obligatorias en determinados casos. Mientras dure la situación, por favor, no las tiren al suelo. Por cierto, ¿sabemos cómo reciclarlas?

 

Jean le Désosé.

EL SÍ ES SÍ DE LAS NIÑAS

 

El sí de las niñas, es una obra teatral de Leandro Fernández de Moratín, estrenada en Madrid, según la Wikipedia en 1806. Me tomo la libertad de adaptar el título, ya que el pobre no va a protestar, añadiéndole un “Sí” para estar con los tiempos que corren.

 CAM-M-1-SIM-web          EL SÍ ES SÍ DE LAS NIÑAS.

A lo largo de mi ya luenga vida,
Mujeres hubo, ¡ay qué dolor!
Que sin decirme ¡no!
supieron negarme su favor.

Sin que ninguna Ley
a ello las animase,
más allá de la Ley del Deseo
que a unos concede lo que a otros niega.

Y las que me recibieron
que también las hubo,
no me dijeron ¡Sí!
ni yo se lo pregunté.

Simplemente sus brazos me abrieron
y con ellos el alma.
Todo el tiempo que ellas quisieron.

 

04 de Marzo de 2020
igual a 04 de Mayo de 2019

El Morocho del Abasto.

La Liga de las Pelirrojas. El Concurso.

           La Liga de las Pelirrojas.
           El Concurso.

La_liga_de_los_pelirrojos-WEBEl relato que sigue es un guiño, en cuanto a título, a la obra de Sir Arthur Conan Doyle, creador del celebérrimo personaje Sherlock Holmes: La Aventura de la Liga de los Pelirrojos. Hemos cambiado el género enunciándola al estilo de Unidas Podemos, con el doble fin de eludir la acusación de plagio y la de dar apariencia de la Modernidad imperante de estos tiempos, tan importante para no tener tropiezos.

    La Liga de Pelirrojas, se decidió esta denominación en Asamblea General en presencia de los pocos miembros varones, pelirrojos también, que no se opusieron, porque ¿quién se opone a las mayorías? Éstas son la Dictadura de las Democracias, como lo fue la del Proletariado en el comunismo ruso que fracasó, como quizás también lo hayan hecho las democracias, aunque todavía nadie se atreva a reconocerlo.

            La Liga de las Pelirrojas, pues, grupo cerrado, tan sólo abierto a los de ese pigmento capilar, propone y convoca Concurso Literario para sus miembros, pelirrojos todos, como se ha dicho. Incluso en círculos restringidos hay ideas que penetran, aunque no sean portadoras, las ideas, de este matiz cromático.

            La Igualdad ¡qué gran palabra! ¡Convoquemos un concurso en loor suyo!

            Durante cuatro más uno, es decir cinco meses, sus miembros, de forma voluntaria, faltaría más, estuvieron escribiendo y enviando sus creaciones literarias respondiendo a cinco consignas que incluían la gran palabra. Para cada una de ellas hubo un mes de plazo.

            Suerte con el Jurado —así era el deseo animoso con el que se acogía cada escrito. El premio consistía, para los relatos seleccionados, formar parte de un libro coral y para los autores de los mismos, ver su nombre impreso junto a su creación, cuestión nada baladí para el autor y su vanidad inherente a todo creador, pelirrojos incluidos

Nuestro pelirrojo, pues justo es que un relato tenga un protagonista, siquiera como hilo conductor, encontró tan poco atractivo a las propuestas, pues a priori, sólo cabía seguir el camino esbozado, el de las mayorías, el de intentar ganar el premio como el que responde a una encuesta que se ve inducido a lograrlo; si va de reciclaje, pongamos el caso, nadie se define como no practicante.

Y nuestro hombre, pelirrojo, como se ha dicho, ante la propuesta: Cada vez más iguales en género, no supo que pensar; quizás haya ideas castrantes.

Una frase desafortunada —pensó en primera instancia—; no parece ni bien construida. Pero las ideas, aún las sinsentido, a fuerza de repetición, permeabilizan el alma más impermeable y nuestro hombre, pelirrojo la iba rumiando de a poco. Parece una frase trampa —se dijo— que permite un breve desarrollo para concluir diciendo Amén.

Mas no quiero transitar por el camino marcado —añadió para se—. Le daré la vuelta y así al menos, me divertiré un poco.

No pretendemos fatigar al lector exponiendo las propuestas biempensantes de los meses siguientes.

Son una provocación, eso es lo que son —explicó nuestro hombre para motivarse. Participó en las cinco convocatorias eludiendo lo mejor que supo el cómodo sendero que la brújula le marcaba.

El Jurado, ese gran desconocido falló; tiene su guasa la actividad del jurado: fallar.

Los relatos seleccionados fueron cincuenta y uno. Cuarenta y dos de veinte mujeres pues entre ellas, catorce fueron agraciadas múltiples veces, es decir multiagraciadas. La R.A.E. tan permisiva últimamente, quizás asuma la palabra.

Si han seguido la cuenta, concluirán que faltan nueve relatos, cuya autoría lo fue de cuatro hombres, tres de ellos multiagraciados, quizás la R.A.E. también acepte el masculino y, el que queda, nuestro hombre, uniagraciado. Esta última no creemos que tenga éxito ante la Academia que limpia, brilla y da esplendor.

A nuestro autor le sorprendió la elección del relato, tanto como no le sorprendió la no elección del resto. Es ingenioso mi escrito —se animó—, cuanto apenas insurrecto en contra del Pensamiento Único; no como los otros que presenté.

Pero este pelirrojo uniagraciado suma, a sus muchas faltas, la de tener veleidades sociológicas. Así anota: 42 relatos de mujeres, 9 de hombres; 20 mujeres seleccionadas, 4 hombres seleccionados. Algo chirría; es asimétrico; exigimos la Paridad. Otra bella palabra. Poco importa si no había suficientes pelirrojos talentosos, ni siquiera si no estaban interesados en las propuestas. Hay que tender a la Paridad. ¡Habrá que introducir medidas correctoras!

Ya está —concluyó—. Introduciremos sibilinamente el concepto de Enfoque de Género Masculino, (E.G.M.) Los consideraremos, a los hombres, pelirrojos o no afectos de una deficiencia, pero tiene que ser algo sutil y elegante: pies planos, por ejemplo. Les daremos unos metros de ventaja en cada carrera; en la carrera de la vida. ¿Cuántos? Comenzaremos por el equivalente al 10% del recorrido y si no fuera suficiente, iremos incrementando, poco a poco, la ventaja. Incluso, en ocasiones especiales, colocar selectivamente alguno directamente al otro lado de la meta.

No ahorraremos recursos ni escatimaremos fatigas. ¡La Igualdad como prioridad!

El Morocho del Abasto.

LA IGUALDAD

               La Igualdad

LA-DIVINA-SEMEJANZA-WEBSe habla tanto de Igualdad que, a menudo y cada vez más, se olvida o se desconoce su significado. Las palabras, todas bellas, tienen, según la lingüística, su fonética, su fonología, morfología, sintaxis y semántica, principalmente. Y es curioso que siendo la lingüística una disciplina de letras, sus titulares se consideren científicos. Pero ese es otro cantar. Afortunadamente para las palabras, de las cinco disciplinas anteriormente citadas, las cuatro primeras se dejan para los especialistas, pero en cuanto a la semántica, o significado, para andar por casa, hay muchas e invasivas injerencias.

Lo peor que le puede ocurrir a una palaras es convertirse en etiqueta, o aún peor, en rótulo de ministerio; va a ser maltratada. Pero claro, la palabra es la que es; me viene a las mientes la letra de la canción de Quilapayún que, según leo es elrescate de una cancioncilla que fue muy popular durante nuestra guerra civil de la primera mitad del siglo pasado: Qué culpa tiene el tomate / que está tranquilo en la mata / y viene un hijo de puta /y lo mete en una lata / y lo manda pa Caracas.

En general, los Apostolados, más beligerantes por una supuesta igualdad, parten del hecho de intentar forzar una desigualdad, donde a priori no la hay y, a partir de ahí proponer unas medidas correctoras, harto agresivas, en las que, para primar a un colectivo, se discrimina al resto de la humanidad, salvo a aquellos, que formando parte del resto de la humanidad, a su vez, sean asimilables a otro colectivo que también se desee primar y que, a buen seguro, entrará en competencia con el anterior.

En esta carrera de obstáculos que es la vida, se le asigna condición de minusvalía a ciertos colectivos, a quienes se les da muchos metros de ventaja, cuando no, se les pone directamente al otro lado de la meta. Por ejemplo, al 51% de la humanidad; las mujeres. Las mujeres, como los hombres nacen, nacemos plenos y plenos de facultades y posibilidades, salvo impedimento. Además, las leyes y nuestro ordenamiento así lo amparan. Por lo tanto, estas medidas correctoras destruyen, pulverizan, aniquilan el principio de Igualdad. El legislador y aquí deducimos que se trata del legislador varón, quiere ganar el premio y añade que, además, para acceder a ciertos empleos públicos, se primará de forma añadida, a las mujeres que hubieran sido objeto de violencia de género. ¿Ha pensado el legislador varón, pues me cuesta creer que se trate de la legisladora mujer, lo que puede suponer para una mujer, así maltratada, ir aireando su dolor, su circunstancia…?

El año pasado se convocó un concursillo literario cuyas obras seleccionadas pasarían a formar parte de un libro que constaría de cinco capítulos; en cada uno de ellos un cierto número de obras de diferentes autores. Los capítulos propuestos fueron los siguientes:

Como denominador común: Cada vez más iguales…

Capítulo I. En género

Capítulo II. Sin importar el origen.

Capítulo III. En Capacidad.

Capítulo IV. En oportunidades.

Capítulo V. Sexual.

Sé que a muchos les costará creer tal convocatoria, a otros quizás no, pues vivimos los tiempos que vivimos. La reacción primera de quien les escribe fue la de dejarlo pasar, pues, a priori, lo le veía la menor opción de creatividad a tan truculentas propuestas. No obstante, medité sobre ello. Había un mes concreto para cada uno de ellos.

Al cabo de un tiempo, vi que al primer enunciado, se le podía dar la vuelta y la musa se me apareció generosa. Presenté el escrito. Llegó el mes siguiente, octubre para más datos y el escribidor pensó: más de lo mismo, pero de nuevo, la musa se presentó con un giro nuevo y así sucesivamente. Presenté un escrito para cada capítulo. No sé la suerte que han corrido los escritos enviados, quizás estén todavía en fase de deliberación. No albergo grandes ni medianas esperanzas de ser seleccionado, pues ninguno de ellos sigue los dictados de lo llamado políticamente correcto, esto es; del Pensamiento Único.

Es por ello que me propongo publicarlos en este blog, uno por semana, por si alguien los pudiera leer y así comprender, quizás, que las cosas, tal vez, no son como nos las cuentan y que el bien común que nos anuncian, no es la razón última que se pretende. O tal vez sí.

            El Morocho del Abasto.

NaNoWriMo

NANOWRIMONaNoWriMo

 

Llevo dos años escribiendo una novela. Es mucho, dirán algunos, no es nada diría, tal vez, Flaubert si viviera; tardó cinco años en escribir Madame Bovary. Claro que él se dedicaba sólo a eso. Bueno a eso y a… Cuando interrumpía su escritura novelesca, como descanso y reposo, se dedicaba a escribir un dilatado epistolario; con Georges Sand, entre otras.

Vargas Llosa, en una entrevista que le oí no hace demasiados años, exponía que él, aun habiendo tenido un buen número de hijos, no se había ocupado más que de leer y de escribir; del resto lo había hecho su mujer a quien le estaba y estaría eternamente agradecido. Poco después la dejó por la irresistible Isabel.

Debe de ser muy cundidor, razono, desde el punto de vista literario, poder consagrar lo más claro del día a escribir. Un servidor tiene que disputarle el tiempo a la escritura con ganarse la vida, o intentar hacerlo, con las cuitas de lo doméstico, con los hijos, con la madre ya mayor, con el bricolaje ¿qué se yo? Como muchos otros, en eso no me hago el mártir, ni maldigo mi suerte.

Estas reflexiones que sin serlo sé que pueden sonar a lamento, vienen a colación por lo que el título indica. Se lo explicaré, no trato de hacer pedagogía, de hecho, fue mi hija quien me puso al corriente del asunto: NaNoWriMo: National Novel Writing Month. Dicho en román paladino: un mes para escribir una novela. Noviembre. Que no me parece mal mes, incluso el mejor.

Es la noche del 28 de noviembre y no la he empezado. Me quedan dos días más esta noche. No da tiempo. Reto tan sólo posible para Corín Tellado, Georges Simenon o quizás Jordi Sierra i Fabra.

Ya me reservo para mañana, el viernes negro al que no acudiré tampoco, pero reivindico el término frente al Black Friday, como dice el maestro Reverte: Si hay que hacer el gilipollas, hagámoslo en español.

Mientras tanto, tras el viernes negro, trataré de terminarla durante el tibio diciembre valenciano, aunque, claro, llegan los puentes, las celebraciones, las comilonas. Quizás seguiré tras las uvas, en el año nuevo que ya viene raudo. Y éste será el tercero. Y aún tengo otra, que empecé un años antes. Pero ésta, lo habéis adivinado, es otra historia.

 

El Morocho del Abasto.